Sabinas, Coahuila.- Se cumplen casi cuatro días del accidente que mantiene atrapados bajo tierra a 10 mineros en un pozo de carbón en la comunidad La Agujita. Los avances han sido lentos y la esperanza va agonizando conforme avanza el reloj; solo un milagro podría cambiar la historia.
Los trabajos de rescate continúan, sin embargo los niveles de agua no han permitido el ingreso al pozo siniestrado, pero se espera que se introduzca una cámara para determinar el estado en el que se encuentra y establecer alguna estrategia para los rescatistas.
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Enormes extractores de agua buscaban despejar el sábado los túneles de la mina de carbón inundada y las autoridades evaluaban si era posible enviar buzos para rescatar a los trabajadores.
Seis buzos de las fuerzas especiales de México fueron enviados a apoyar las tareas de rescate en el yacimiento, donde tres de sus pozos -cada uno de 60 metros de profundidad-, estaban inicialmente anegados en más del 50%.
Este sábado, el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís estuvo en el predio de La Agujita, donde se reunió con familiares de los trabajadores atrapados y reconoció que no se puede hacer nada más mientras los niveles de agua no bajen.
“No podemos hacer nada más hasta que no saquemos el agua y que se le ponga un tapón a la parte de la filtración”, indicó.
Personal del Ejército Mexicano, del Gobierno federal, de Coahuila y del municipio atienden a las familias para proporcionar información de los avances en los trabajos de rescate de los mineros.
En el campamento instalado dentro del predio de la mina se ha instalado una cocina comunitaria por parte del DIF Coahuila; el municipio de Sabinas colocó sanitarios amplios e higiénicos, área de hidratación y suministros, tanto para los familiares como para los rescatistas; el personal de la Secretaría del Trabajo permanece a lado de los familiares para resolver sus dudas sobre las acciones y resultado de los trabajos que se realizan.
En las últimas horas se logró duplicar la capacidad extractiva de agua, al momento se logra bombear más de 11 mil metros cúbicos por día según las estimaciones de los ingenieros encargados de los trabajos de rescate.
A las 19:30 horas del sábado, las autoridades mandaron llamar a los familiares para rendirles una especie de informe en la zona acordonada por la Guardia Nacional.
En este contexto, el fiscal general del estado de Coahuila, Gerardo Márquez Guevara, dio a conocer que, al momento, no pueden emitir datos sobre la carpeta de investigación que ya se abrió relacionada a este incidente.
“Nosotros tenemos que hacer una investigación y esa es de mucha reserva, ni siquiera podemos explicarles quién aparentemente puede ser responsable porque entonces se vicia más la carpeta de investigación y damos daños datos para una defensa que pueda afectar la misma investigación”, refirió.
“No van a bajar a nadie”
Con los rostros desencajados salieron uno a uno los familiares de los 10 mineros atrapados tras la reunión que sostuvieron con autoridades de la Secretaría del Trabajo. A estas alturas dudan de la información que les han dado.
No están conformes con el reporte que les dieron la noche de este sábado, respecto a la posibilidad de que los buzos que llegaron para auxiliar en la búsqueda ingresen.
“No, no va a bajar nadie ni los van a dejar que bajen, mientras las bombas estén funcionando, no van a dejar que bajen”, dijo Plutarco Ruiz, quien dijo que el nivel del agua es actualmente de entre 20 o 21 metros, de acuerdo a lo que le han informado.
Los familiares que se han instalado en el lugar a la espera de noticias se aferran a la posibilidad de que los mineros hayan encontrado una burbuja de aire.
"Ya cansados, desesperados, pero con un poquito de esperanza", dijo Cecilia Cruz.
El riesgo de que túneles llenos de lodo se vengan abajo podría imposibilitar la tarea de los equipos de rescate, incluso aunque logre extraerse el agua de la inundación, destacó. "¿Quieren arriesgar más vidas? Sería una tragedia más grande", afirmó.
Cinco trabajadores lograron escapar del derrumbe. Uno de ellos, Fernando Pompa, relató cómo logró subirse a un carro para transportar carbón luego de que el accidente desató una violenta inundación.
"Hay esperanza de que haya una burbujita de aire", declaró.
Sergio Martínez, cuyo hermano José Luis Martínez, de 34 años, está atrapado, dijo que los mineros le dijeron que escucharon un estruendo acompañado de una fuerte ráfaga de aire. Los trabajadores que estaban ya en la superficie de la mina corrieron a lanzar cuerdas a sus compañeros aislados, logrando rescatar a unos pocos.
"Tenemos esperanza de que ocurra un milagro solamente para que salga con vida", dijo Martínez.
Nota publicada en El Sol de La Laguna
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