Dos candidatos a alcaldes en los estados de Morelos (centro) y de Tamaulipas (noreste) ganaron en las elecciones generales del pasado domingo en México pese a estar en prisión, uno acusado de secuestro y otro de homicidio.
Según el conteo oficial de votos, Alfonso Miranda Gallegos, candidato de una alianza encabezada por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ganó con más de 50% de los votos la alcaldía de Amacuzac, de unos 17.000 habitantes y localizada a 140 kilómetros de Ciudad de México.
Pero Miranda Gallegos se encuentra desde mayo recluido en un penal de máxima seguridad del estado de Durango (norte) acusado de secuestro y delincuencia organizada, tras ser detenido en plena campaña electoral.
Una fuente del Instituto Electoral del Estado de Morelos explicó que se analiza la situación de la alcaldía de Amacuzac, pues Morena en ningún momento solicitó que este candidato fuera sustituido.
El 25 de junio, un juez dictaminó que existían elementos para iniciar un proceso judicial contra Miranda Gallegos, por lo que perdería sus derechos electorales.
El tío de Miranda Gallegos, Jorge Miranda Abarca -recluido en el mismo penal de Durango y acusado de homicidio y delincuencia organizada-, compitió por el mismo cargo con los colores del oficialista PRI.
En el estado de Tamaulipas, fronterizo con Estados Unidos, Francisco López, del PRI y encarcelado desde mayo acusado de homicidio, ganaba con más de 60% de los votos, según el conteo oficial.
El PRI y sus abogados aseguran que no ha perdido sus derechos políticos pues todavía no se abre un proceso formal en su contra. Aseguran además tener pruebas de que se encontraba en otra localidad a varios kilómetros del sitio donde se registró el homicidio que se le imputa.
Su hija se encargó de la campaña electoral.
Morena tuvo una jornada estelar en las elecciones generales, llevándose la victoria en la presidencia de México con Andrés Manuel López Obrador.
Durante el proceso mexicano, varios partidos presentaron candidatos que han sido enfrentado procesos penales, la mayoría para cargos locales.
Esta campaña fue además la más violenta de la que se tenga registro con al menos 145 políticos asesinados, la mayoría de ellos en pequeñas comunidades, según la consultora Etellekt.