Dos ataúdes azules, dos familias enlutadas y una corporación policiaca marcada nuevamente por la desgracia. La tarde de ayer, en un ambiente de tristeza, los oficiales Renata Negrete y Jorge Francisco Calderas Ramírez, fueron despedidos en el Panteón Municipal Norte.
Los cuerpos de los oficiales, fueron velados en una funeraria ubicada en el Libramiento Morelos desde las diez de la noche del jueves. Ahí llegaron sus familiares, sus amigos y sus compañeros de trabajo.
El cortejo
Al mediodía de hoy viernes, las dos carrozas blancas salieron de la casa funeraria con destino hacia el panteón, una atrás de la otra. Adelante la que llevaba el cuerpo de Renata de 31 años y atrás de ella su compañero Jorge de 24 años. Atrás custodiándolos y con torreta encendida, una veintena de patrullas que llevaban a el personal de la corporación y ofrendas florales.
45 minutos después, la caravana llegó al panteón municipal. Cerca de doscientas personas ya estaban en el lugar, la valla de honor conformada por elementos de la policía, tránsito y guardias administrativos también estaba lista.
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Familiares, amigos y compañeros arribaron al sitio para despedir a los oficiales que fallecieron la mañana de ayer en un accidente automovilístico en la colonia Jardines del Moral.
Silencio y dolor
La hora había llegado, los ataúdes fueron bajados de las carrozas, uno detrás del otro, formados con disciplina. El azul metálico de cada uno de ellos, contrastaba con el verde, blanco y rojo de la bandera que tenían encima.
La banda de guerra comenzó a entonar los acordes de la marcha del silencio, que acompañaría hasta la entrada al templo a los ahora fallecidos. Nadie hablaba, solo se escuchaba el sonido de las trompetas y tambores y a lo lejos, el llanto de los dolientes.
Descansaran juntos
Al terminar la misa, nuevamente la valla de honor y la banda de guerra condujeron hasta las gavetas los dos féretros, que justo quedaron a un lado de la tumba del oficial Filiberto Hernández, quien fue asesinado en febrero pasado en la comunidad de Barretos.
Antes de ser sepultados, su familiares pidieron que se abrieran los ataúdes para despedirse de ellos, a través del cristal. El llanto no se hizo esperar y tampoco los cuestionamientos, ¿Porqué, porqué tú? Decían los familiares repetidamente.
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Discreta distinción
Luego de varios minutos, José Carlos Ramos Ramos, director operativo de la policía municipal y quien fue el único mando que acudió al sepelio, pidió a todos los presentes guardar silencio.
Entregó moscova(gorro), bandera y fotografía a la mamá del oficial Jorge Francisco. A la familia de Renata, solo le entregó la foto y la bandera, pues ella no llevaba en su uniforme la moscova.
Ultimo pase de lista
Posteriormente, el director Ramos, dijo los nombres de los dos oficiales y todos los que ahí estaban respondieron “presente” en tres ocasiones. Ese fue su último pase de lista, como al que iban la mañana del jueves cuando sufrieron el accidente.
Acto seguido, las torretas de cinco motocicletas de la policía comenzaron a sonar, un minuto después guardaron silencio y un grupo de troqueros comenzó a tocar “te vas ángel mío”. Fue en este momento, que algunos elementos dejaron ver las lágrimas sobre su rostro.
Algunas personas aplaudieron, otras no, no sabían qué hacer, en sus rostros se reflejaba la incredulidad y la tristeza, “no puedo creer lo que está pasando”, dijo un hermano del policía Jorge.
Solo la familia
Poco a poco, las personas se fueron retirando, solo se quedó la familia y amigos cercanos minutos después de las dos de la tarde, los féretros fueron depositados en las gavetas y fuera de ellos, las numerosas ofrendas florales, ramos, coronas y arreglos, se cargaron junto a la última morada de los oficiales de sangre azul.