León, Gto.- Dos pruebas de ADN, no han sido suficientes para poder confirmar si el cuerpo de María Laura es uno de los dos cadáveres que fueron localizados la mañana del sábado 2 de abril, calcinados en la comunidad San Judas.
“La primera prueba, resultó positiva y la segunda ya no era compatible”, mencionaron familiares de la mujer de 42 años. Por ello, se realizó una tercera prueba, cuyos resultados serían entregados este viernes, pero no fue así.
Las autoridades ministeriales, no les han dejado ver el cuerpo, para que lo reconozcan o identifiquen. “nos dijeron unos agentes que sí es ella y que la identificaron por una cadenita, pero ¿Por qué no nos dijeron eso desde el principio, que traía con ella una cadenita?”. Ante el cuestionamiento, los agentes encargados del caso, les informaron que deberían esperar los resultados de las pruebas.
La angustia, la desesperación y también la incertidumbre, crece cada día más en la familia de María Laura, incluso, han provocado distanciamientos y problemas con sus seres queridos, informó una persona allegada a ellos.
El martes 29 de marzo, de acuerdo a lo informado por familiares, María Laura salió de su casa en la comunidad La Esmeralda, ubicada en la salida a Cuerámaro y ya no regresó. Por lo que de inmediato, acudieron a denunciar su no localización y el Protocolo Alba fue activado.
“A su hija se le hizo raro que no llegara a dormir, porque ella nunca hacía eso, por ello se denunció su desaparición”, contaron los familiares.
Cuatro días después, su vehículo Ford Mustang de color rojo, fue localizado con dos personas calcinadas en la comunidad San Judas. Al darse cuenta de que se trataba de un automóvil similar, sus seres queridos llegaron a la Fiscalía y comprobaron que era su auto y las placas coincidían.
“Nosotros decimos que es ella, porque sus manos, su cabello, la forma de su cuerpo es esa, pero está muy raro esto, porque la Fiscalía no puede confirmar, no es posible que un día digan que el ADN es el mismo y otro día informen que la segunda prueba no da los resultados compatibles”, expresaron.
Laura era una mujer trabajadora y no tenía problemas con nadie. Se dedicaba a la venta de ropa y le sobrevive su única hija.
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Casi al mismo tiempo de la desaparición de Laura, en las calles de la comunidad se mencionó que un vecino de ella había sido privado de su libertad por un grupo delictivo, y que posiblemente, sería de él, el otro cuerpo localizado en el auto, pero el cadáver no ha sido identificado plenamente por lo que tampoco tienen certeza.
Los familiares de Laura, acudieron al lugar donde fue encontrado el auto calcinado y localizaron las llaves que presuntamente son propiedad del vecino.
“Ya pasó un mes de su desaparición, la próxima semana se cumple un mes de que fue encontrada sin vida y todavía no resuelven nada, como familia ya tenemos miedo, no sabemos quién y porqué la mató, lo único que queremos es que nos confirmen si es ella o no, para terminar con esto”. Contaron sus allegados.
También se llevaron a César Arturo
El día que Laura desapareció, a bordo de su Ford Mustang, con el mismo vehículo y minutos después, también se llevaron a César Arturo Muñoz Pérez, vecino de una calle aledaña. Desde ese día no hay pistas de su paradero. Los familiares de César y Laura, no se conocen entre sí, tampoco saben si los desaparecidos se conocían.
Lo que es cierto, es que las llaves que los familiares de Laura localizaron en el hecho registrado en San Judas, corresponden a las de César Arturo, afirma su familia.
La familia Muñoz Pérez acudió a la Fiscalía por unas pruebas de ADN dos días después del hallazgo del vehículo antes mencionado. No han recibido respuesta.