WASHINGTON.- Después de anunciar una profunda reforma de su equipo, Donald Trump, viajó a este martes a California, estado que se opone a su política migratoria, para inspeccionar los prototipos del muro que quiere construir en la frontera con México.
La primera visita como presidente de Estados Unidos a este bastión demócrata de la costa oeste se produce en un momento de alta tensión entre su gobierno republicano y el estado más populoso del país, especialmente en asuntos migratorios, medioambiente y control de armas.
Se espera que el mandatario llegue a San Diego en la tarde, para dirigirse a la localidad de Otay Mesa, al sur, donde se exponen los ocho prototipos del muro que quiere construir sobre unos 3,000 kilómetros de la frontera con México.
"El presidente está muy aferrado a la seguridad de nuestro país y tiene la convicción de que el muro es un elemento importante de esta última", dijo su portavoz Sarah Sanders, previo a la partida desde Washington.
Las imágenes de Trump ante los ocho prototipos estarán cargadas de simbolismos, pero nada indica que el "magnífico" muro -una de las principales promesas de campaña- esté cerca de ser construido.
Más de un año después de su llegada al poder, el Congreso no ha desbloqueado aún ni un dólar para la construcción de este muro. Varios demócratas rechazan esta iniciativa que consideran el triste símbolo de un país que le da la espalda a su historia cerrando la puerta a los inmigrantes.
En el Congreso, las conversaciones sobre inmigración se encuentran suspendidas.
A lo largo de las distintas reuniones, el magnate inmobiliario cambió varias veces de opinión respecto al tamaño, longitud y precio del muro, con cifras que fueron de 4.000 a 20.000 millones de dólares.
Además de observar los prototipos desplegados en el lugar, el presidente se reunirá con militares en la base aérea de Miramar, y se espera que cierre la visita con un evento de recaudación de fondos en Beverly Hills para su campaña de reelección en 2020.
Esperado con manifestaciones
La visita de Trump a California, donde apenas consiguió poco más de 30% de sus votos durante la elección presidencial, estará marcada por protestas.
El lunes, unas 200 personas protestaron en el centro de San Diego para denunciar la llegada del mandatario y en particular su política contra la inmigración en esta ciudad fronteriza con México.
Se prevé también una manifestación en la iglesia San Ysidro, desde donde se puede ver la frontera.
La última vez que Trump viajó este estado fue a la ciudad de San José durante la primavera boreal de 2016, en plena campaña electoral. Este viaje estuvo marcado por varios enfrentamientos que se produjeron al margen de sus reuniones.
El gobernador demócrata de California, Jerry Brown, le envió el lunes una carta abierta sin ambigüedades.
Le recordó que California representa la sexta economía del mundo, y destacó que la prosperidad de su estado no había sido construida en base al "aislamiento, todo lo contrario", sino gracias al recibimiento de "inmigrantes e innovadores venidos de los cuatro rincones del planeta".
"En California, estamos más aferrados a los puentes que a los muros", comentó, al tiempo que lo invitó a visitar las decenas de puentes, viaductos, que se están construyendo para crear la primera línea ferroviaria de gran velocidad en el país.
La semana pasada, el conflicto entre California y Trump se profundizó cuando el Departamento de Justicia demando a la capital de California, Sacramento, por obstruir la aplicación de la ley federal al ofrecer a los inmigrantes indocumentados un santuario para eludir arrestos y deportaciones.
Y este fin de semana, Trump empeoró las cosas al afirmar que "las jurisdicciones santuario son las mejores amigas de los los contrabandistas, pandilleros, traficantes de drogas, traficantes humanos, asesinos y otras ofensores violentos".