BUENOS AIRES. Las elecciones primarias en Argentina, que definen a los candidatos a las presidenciales de octubre, transcurrió en medio de las demoras denunciadas en Buenos Aires por la implementación del voto electrónico y una gran expectativa y sorpresa debido a que, extraoficialmente, el libertario Javier Milei encabezaba los comicios por amplio margen.
Aunque la ley marca que los primeros resultados debían ofrecerse a las 22:00 horas (19:00 horas en la Ciudad de México), el Ejecutivo avisó que habría demoras en el recuento y en la publicación de datos a raíz de, entre otras cuestiones, los retrasos provocados por los problemas de la implementación del voto electrónico en la Ciudad de Buenos Aires.
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En forma concurrente con las primarias a nivel nacional -para las que se usan papeletas de papel-, la ciudad de Buenos Aires celebró primarias locales pero usando un sistema de voto electrónico por decisión de quien es alcalde desde 2015.
En ausencia de esos datos, la número 2 del político “anticasta”, Victoria Villarruel, compareció ante los medios y sus seguidores en el hotel de La Libertad Avanza para reclamar que el gobierno ofreciera sin demora unos resultados que esperaban positivos para su formación.
Medios locales dijeron que el candidato ultraliberal Javier Milei habría realizado una elección inesperadamente buena y podría haber sido el precandidato más votado según el canal de noticias TN.
Según el escrutinio provisional de 61.2 por ciento, el ultraliberal era el candidato más votado con 32.6 por ciento, dando una sorpresa no pronosticada por las encuestas previas a estos comicios.
Milei, con su discurso disruptivo y “anticasta”, busca convertir el escenario electoral en una lucha de tres tercios.
La oposición de centroderecha, favorita para las elecciones presidenciales, definía a su candidato en una reñida disputa entre el alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, y la exministra Patricia Bullrich, que representa al ala más radical de la coalición Juntos por el Cambio. Sin embargo, Bullrich ya se había adjudicado por la noche el triunfo, aún sin conocer los datos oficiales.
Bullrich superaba a Rodríguez Larreta por 17 a 10.6 por ciento, según el escrutinio avanzado al 61.2 por ciento.
Rodríguez Larreta “ya me llamó, me felicitó y estamos coordinando ya todo”, dijo ante pregunta de un periodista.
En el búnker de campaña, los seguidores de la exministra de Seguridad coreaban “Patricia presidente”.
“Es un día en el que brilla la democracia. Esperamos que todos los argentinos vayan a votar, que se expresen. Entiendo a veces la frustración que tenemos con la situación en la que estamos, pero la salida es votando”, había dicho Rodríguez Larreta tras votar rodeado de periodistas.
La relevancia de las primarias, sin embargo, excedía esta puja, ya que el postulante del oficialismo peronista de centroizquierda, el ministro de Economía, Sergio Massa, obtenía el 25.5 por ciento de los votos con 61.2 por ciento de los votos escrutados ya entrada la noche.
Massa venció en la interna a Juan Grabois, candidatura casi testimonial de un líder de los movimientos sociales cercano al papa Francisco que pretende reflejar al ala izquierda del peronismo.
“Nosotros obviamente tenemos una buena expectativa y una buena perspectiva para hoy”, dijo Massa tras votar en la mañana.
El desencanto con la política clásica disparado por una inflación anual de 116 por ciento y una pobreza cercana a 40 porciento mejoró las posibilidades de Milei, cuyo potencial concreto se conocerá en estas elecciones conocidas localmente como PASO.
“El elemento más difícil de medir es el desempeño de Milei, porque es un fenómeno que no viene de la política”, dijo el analista político Carlos Fara.
El futuro presidente se encontrará con un desolador panorama financiero: la escasez de divisas ha dejado vacías las arcas del banco central y el país mantiene hace años una deuda de 44 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“No tengo ninguna expectativa de cambio. Ganas sí, pero expectativa ninguna. Pienso que siempre es lo mismo, la misma gente, salvo alguno que otro siempre son los mismos”, dijo Gastón, un hombre de 41 años, dueño de una empresa deservicios gráficos en los suburbios de Buenos Aires.
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Según lo reportado por la mayoría delos sondeos, la competencia electoral acabaría por definirse en una segunda vuelta en noviembre, ya que ningún postulante parece arrastrar suficientes votos como para lograr la presidencia en la primera rueda de octubre.
“Es otra oportunidad que tenemos para re encauzar la situación, la inflación nos mata y la incertidumbre laboral no te deja proyectar la vida”, dijo Adriana Alonso, una ama de casa de 42 años, después de votar en 25 de Mayo, en la provincia de Buenos Aires.
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