/ martes 29 de septiembre de 2020

Covid desnuda la vulnerabilidad de pueblos indígenas y sus derechos

Los pueblos autóctonos han sido reconocidos como grupos particularmente vulnerables por las autoridades de salud

La pandemia desnudó, entre sus muchos efectos, la vulnerabilidad de los pueblos indígenas y sus derechos que, si bien han tenido avances, aún soportan una invisibilidad histórica.

Esa es una de las conclusiones del I Congreso académico internacional sobre Derechos Humanos y Pueblos Indígenas, que se desarrolló este jueves de forma virtual y que fue organizado por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y la Fundación Cofuturo, con sede en Ecuador.

Entre los expositores participó la española María de los Ángeles Iglesias, quien puso de relieve la lucha de los pueblos indígenas para que haya avances en el respeto a sus derechos, pero recalcó que existe una vulneración histórica.

Puso el ejemplo de Canadá, donde esta población se calcula en 1.5 millones de personas, de los 37 millones que habitan ese país, con una historia que registra una serie de episodios de violación a sus derechos humanos.

A la muerte de mujeres y niñas indígenas, que se podría considerar como un genocidio, también se acompaña un proceso de “genocidio cultural” con las llamadas escuelas indias, que pretendían incorporar al colectivo a la sociedad, pero desconociendo sus derechos, tradiciones, territorios y culturas, señaló Iglesias.

La investigadora se refirió también al “colonialismo moderno” que intenta normalizar esa vulneración de derechos en nombre del desarrollo y la productividad.

EXCLUSIÓN

Para su compatriota Felipe Gómez, la pandemia del coronavirus ha hecho una radiografía completa de la precariedad en la que viven los pueblos originarios. “El mapa del coronavirus es el mapa de la exclusión”, refirió Gómez tras indicar que las autoridades mundiales han aceptado que los indígenas han sido uno de los grupos más afectados por la enfermedad.

Y habló sobre la “invisibilidad histórica” de los derechos de los pueblos nativos y puso como ejemplo a Chile, el único Estado latinoamericano que no registra avances en su Constitución sobre las garantías para el colectivo indígena.

Asimismo, comentó que en ese país se registra con mucha fuerza el fenómeno de la concentración del colectivo indígena en los centros urbanos, lo que supone un gran proceso de migración interna.

Para Gómez, la comunidad Mapuche en Santiago de Chile es muy numerosa, pero lamentó que este fenómeno no haya sido desarrollado de forma suficiente por la academia.

La colombiana Yanitza Giraldo habló sobre la precaria situación de los pueblos indígenas en su país que, además del coronavirus, sufren directamente los efectos de la violencia y de las actividades mineras y petroleras en territorios ancestrales.

Giraldo dejó en claro que en Colombia no existe un proceso de “consulta previa” para este tipo de actividades extractivas, establecida en las leyes internacionales, lo que deja en la indefensión a las comunidades autóctonas.

La vulneración de los derechos también se desata por la falta de presencia del Estado en el territorio, donde actúan grupos violentos que aprovechan la situación para controlar zonas indígenas.

El aumento de las concesiones extractivas también ha generado un efecto en las actividades agrícolas que ejercen habitualmente estas comunidades, apuntó la estudiosa colombiana.

El mapa del coronavirus es el mapa de la exclusiónFelipe Gómez / Investigador de Ecuador

AUSENCIA DEL ESTADO

La ecuatoriana Nina Pacari, primera mujer indígena en ocupar el cargo de canciller, en 2003, remarcó que esta pandemia ha dejado al descubierto que “hay una ausencia del Estado” para afrontar el contagio en los territorios ancestrales.

Más bien, destacó, ha sido la iniciativa de las organizaciones indígenas la que ha logrado hacer frente a la pandemia ante la ausencia de acciones gubernamentales.

Por su parte, el sabio indígena colombiano Víctor Jacanamijoy también destacó la farmacopea de estos pueblos para paliar los efectos de la pandemia, un mal que comparó con la serie de enfermedades que llegaron a América con la conquista.

Pero recalcó que el principal derecho que reclaman los pueblos indígenas colombianos es la paz.

PROPUESTAS PARA LOS GOBERNANTES

Al finalizar el Congreso, el profesor de la UNIR Rubén Miranda hizo un balance positivo de las exposiciones y de la participación del público en este foro virtual en el que escucharon propuestas “que deberían tener en cuenta nuestros gobernantes”.

También, destacó las formulaciones que han surgido con respecto a la actitud de las comunidades indígenas frente al virus y aseguró que ha llegado el momento de “recapacitar” sobre la importancia de los derechos de los pueblos indígenas.

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La pandemia desnudó, entre sus muchos efectos, la vulnerabilidad de los pueblos indígenas y sus derechos que, si bien han tenido avances, aún soportan una invisibilidad histórica.

Esa es una de las conclusiones del I Congreso académico internacional sobre Derechos Humanos y Pueblos Indígenas, que se desarrolló este jueves de forma virtual y que fue organizado por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y la Fundación Cofuturo, con sede en Ecuador.

Entre los expositores participó la española María de los Ángeles Iglesias, quien puso de relieve la lucha de los pueblos indígenas para que haya avances en el respeto a sus derechos, pero recalcó que existe una vulneración histórica.

Puso el ejemplo de Canadá, donde esta población se calcula en 1.5 millones de personas, de los 37 millones que habitan ese país, con una historia que registra una serie de episodios de violación a sus derechos humanos.

A la muerte de mujeres y niñas indígenas, que se podría considerar como un genocidio, también se acompaña un proceso de “genocidio cultural” con las llamadas escuelas indias, que pretendían incorporar al colectivo a la sociedad, pero desconociendo sus derechos, tradiciones, territorios y culturas, señaló Iglesias.

La investigadora se refirió también al “colonialismo moderno” que intenta normalizar esa vulneración de derechos en nombre del desarrollo y la productividad.

EXCLUSIÓN

Para su compatriota Felipe Gómez, la pandemia del coronavirus ha hecho una radiografía completa de la precariedad en la que viven los pueblos originarios. “El mapa del coronavirus es el mapa de la exclusión”, refirió Gómez tras indicar que las autoridades mundiales han aceptado que los indígenas han sido uno de los grupos más afectados por la enfermedad.

Y habló sobre la “invisibilidad histórica” de los derechos de los pueblos nativos y puso como ejemplo a Chile, el único Estado latinoamericano que no registra avances en su Constitución sobre las garantías para el colectivo indígena.

Asimismo, comentó que en ese país se registra con mucha fuerza el fenómeno de la concentración del colectivo indígena en los centros urbanos, lo que supone un gran proceso de migración interna.

Para Gómez, la comunidad Mapuche en Santiago de Chile es muy numerosa, pero lamentó que este fenómeno no haya sido desarrollado de forma suficiente por la academia.

La colombiana Yanitza Giraldo habló sobre la precaria situación de los pueblos indígenas en su país que, además del coronavirus, sufren directamente los efectos de la violencia y de las actividades mineras y petroleras en territorios ancestrales.

Giraldo dejó en claro que en Colombia no existe un proceso de “consulta previa” para este tipo de actividades extractivas, establecida en las leyes internacionales, lo que deja en la indefensión a las comunidades autóctonas.

La vulneración de los derechos también se desata por la falta de presencia del Estado en el territorio, donde actúan grupos violentos que aprovechan la situación para controlar zonas indígenas.

El aumento de las concesiones extractivas también ha generado un efecto en las actividades agrícolas que ejercen habitualmente estas comunidades, apuntó la estudiosa colombiana.

El mapa del coronavirus es el mapa de la exclusiónFelipe Gómez / Investigador de Ecuador

AUSENCIA DEL ESTADO

La ecuatoriana Nina Pacari, primera mujer indígena en ocupar el cargo de canciller, en 2003, remarcó que esta pandemia ha dejado al descubierto que “hay una ausencia del Estado” para afrontar el contagio en los territorios ancestrales.

Más bien, destacó, ha sido la iniciativa de las organizaciones indígenas la que ha logrado hacer frente a la pandemia ante la ausencia de acciones gubernamentales.

Por su parte, el sabio indígena colombiano Víctor Jacanamijoy también destacó la farmacopea de estos pueblos para paliar los efectos de la pandemia, un mal que comparó con la serie de enfermedades que llegaron a América con la conquista.

Pero recalcó que el principal derecho que reclaman los pueblos indígenas colombianos es la paz.

PROPUESTAS PARA LOS GOBERNANTES

Al finalizar el Congreso, el profesor de la UNIR Rubén Miranda hizo un balance positivo de las exposiciones y de la participación del público en este foro virtual en el que escucharon propuestas “que deberían tener en cuenta nuestros gobernantes”.

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