El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo este viernes en Tel Aviv que su país hará "todo lo posible" para rescatar a los 241 rehenes que tomó el grupo islamista Hamas en su ataque contra Israel, al tiempo que abogó por proteger a los civiles en la Franja de Gaza que se encuentran atrapados en "el fuego cruzado".
"Estamos pensando en cada momento en nuestros rehenes. Tantos israelíes, estadounidenses y otros ciudadanos, y estamos decididos a hacer todo lo posible para traerlos de regreso, sanos y salvos", dijo Blinken durante una reunión con el presidente israelí, Isaac Herzog, según un comunicado de Presidencia.
En tanto, las familias de los rehenes realizaron una protesta frente a la base militar de Kirya, en Tel Aviv, donde se llevó a cabo la reunión, para exigir que no haya un alto el fuego sin el previo el regreso de todos los rehenes.
"Estamos escuchando afuera la manifestación de las familias. Nuestro corazón está con ellos. Lo entendemos, queremos su liberación inmediata", comentó Herzog.
Se trata de la tercera visita oficial de Blinken a Israel desde que estalló la guerra entre Hamas y el Estado judío, en la que intentará mediar para logar un alto el fuego temporal que permita la entrada de más ayuda humanitaria a Gaza.
Antes de reunirse con Herzog, el funcionario estadounidense lo hizo con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien proyectó imágenes preparadas por el portavoz del Ejército israelí que muestran "los horrores y la masacre perpetrada por Hamás", informó la oficina de prensa del gobierno.
Herzog defendió el "derecho a la autodefensa" de Israel y aseguró que la intensa ofensiva de las fuerzas aéreas, terrestres y navales israelíes que han dejado más de 9 mil 200 muertos en la Franja de Gaza, se realizan con base en "el derecho humanitario e internacional".
Blinken reconoció el derecho de Israel a defenderse, pero subrayó la importancia de que "cuando se trata de la protección de los civiles, que están atrapados en el fuego cruzado creado por Hamas, se haga todo lo posible para protegerlos y llevar asistencia a quienes tan desesperadamente la necesitan y que no son en ningún modo responsables de lo que pasó el 7 de octubre" pasado.
Ese día, Israel declaró la guerra a Hamas luego de que el grupo islamista perpetró un masivo ataque por tierra y aire en territorio israelí, que dejó más de mil 400 muertos (la mayoría civiles), 5 mil 400 heridos, y al menos 241 secuestrados en Gaza.
Desde entonces, el Ejército de Israel bombardea sin cesar el enclave y, la noche del viernes pasado, inició una incursión por tierra que el jueves avanzó hasta el interior de la ciudad de Gaza, principal urbe de la Franja; mientras que las milicias palestinas no han cesado de lanzar cohetes hacia Israel, la mayoría interceptados.
La ofensiva militar de Israel sobre la Franja de Gaza ha dejado más de 9 mil 257 palestinos muertos (de los cuales 3 mil 826 niños y 2 mil 405 mujeres) y más de 23 mil 500 heridos.
La desesperación cunde entre la población gazatí, donde muchos hospitales y cementerios han colapsado ante el creciente número de víctimas y la escasez de agua potable, alimentos, electricidad y combustible.
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Cerca de 1.5 millones de personas han sido desplazadas en la Franja, más de la mitad de la población, y muchos de ellos buscan desesperadamente salir del enclave por el paso de Rafah, fronterizo con Egipto, el único del enclave que ha sido abierto en contadas ocasiones para dejar entrar ayuda humanitaria o evacuar heridos y extranjeros.