BUENOS AIRES. El caso del avión venezolano iraní volvió a resonar en Argentina durante la conmemoración de los 28 años del atentado a la mutual judía AMIA en Buenos Aires, cuando medios afirmaron que en la aeronave se encontró material utilizado para operaciones militares de ciberdefensa.
Centenares de personas de la comunidad judía volvieron a reclamar el esclarecimiento del atentado que en 1994 destruyó el centro AMIA, en un acto frente a la sede reconstruida, donde levantaron con sus manos fotografías de los 85 muertos.
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“¿Cómo explicar que en 28 años no se ha atrapado siquiera a uno de los múltiples responsables de semejante atrocidad?”, planteó el principal orador del acto, el presidente de la Asociación Mutual Israelita Argentina. (AMIA), Amos Linetzky.
La justicia determinó que los principales sospechosos del ataque son los gobernantes iraníes de aquel momento, entre ellos el expresidente iraní Ali Rafsanjani.
Respecto a la aeronave “plagada de misterios”, Linetzky dijo que “ha puesto el foco” que “en materia de lucha contra el terrorismo, Argentina está igual que hace 30 años”, cuando sufrió el primer atentado, a la Embajada de Israel (1992).
“No hemos aprendido nada: nuestras fronteras siguen siendo permeables; nuestros controles, débiles”, señaló.
Linetzky recordó al fiscal Alberto Nisman -encargado de la causa, quien en 2015 apareció muerto con un tiro en la cabeza, en circunstancias que aún se investigan- por haber denunciado la “infiltración iraní en la región principalmente a través de su alianza con Venezuela”.
Explicó que el incidente del avión “remite a esa misma situación”, y recordó que “eventos de estas características” se verificaron antes de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA.
“Hoy es un avión cuya presencia en nuestro país nadie sabe explicar”, señaló Linetzky, y preguntó: “Qué están esperando para reaccionar”.
El avión venezolano-iraní está inmovilizado desde junio pasado en el aeropuerto internacional de Buenos Aires y la Justicia argentina mantiene retenidos los pasaportes de sus tripulantes (cinco iraníes y 14 venezolanos), en el marco de una causa por posibles vínculos con el terrorismo internacional.
Al respecto, un artículo publicado ayer por el diario estadounidernse The Wall Street Journal afirma que en avión fue encontrado material utilizado para operaciones militares de ciberdefensa.
De acuerdo con fuentes cercanas al caso citadas por el diario, tres venezolanos a bordo eran expertos militares en ciberdefensa y en Caracas el avión habría recogido pasajeros después de salir de México. donde estuvo el 4 y 5 de junio.
Según Gerardo Milman, diputado opositor y exjefe de inteligencia del Ministerio de Seguridad de Argentina, el vuelo tenía el objetivo de suministrar equipos tecnológicos a una base de operaciones de ciberinteligencia para instalarse en Argentina con agentes venezolanos.
El diario argentino La Nación informó que el caso ha reunido indicios pero aún no elementos de prueba para indagar a los tripulantes, aunque se espera que 40 aparatos electrónicos requisados e investigados aporten elementos clave.
Las investigaciones también tienen en la mira a siete empresas que participaron en la operación de carga de autopartes desde México y que cobraron comisión, entre ellas la mexicana Aerocharter México, contratada por la empresa Fracht.
Según el diario, Volkswagen pagó un millón de dólares por el transporte de los asientos de su auto Taos, pero la venezolana Emtrasur cobró 600 mil dólares.
Los peritajes ordenados buscan develar si los sobrecostos justifican la operación o se trata de una simulación para encubrir un viaje exploratorio para realizar tareas de inteligencia.
Con informción de Víctor Hugo Rico
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