*Aguardan miles de niños la llegada
Los Reyes Magos, con todo y los avatares para llegar a Méxicopor aquello de los combustibles, alistaban para hoy su arribo a loshogares de millones de niños que les aguardaban nerviosos parasaber si les cumplirán, o no, sus caros deseos medidos porjuguetes y otros productos lúdicos que alegrarán sus vidas.
Y es que los chicos y chicas de hoy se han ido de frente en lasrespectivas cartas dirigidas a sus majestades pidiendo ya no latradicional muñeca, el carrito de madera, bicicletas, juegos dethé o las añejas y casi olvidadas canicas, sino que ahora exigen,claro, desde Ipads, tablets y celulares, hasta drones y los juegoselectrónicos más sofisticados que, desde luego, son onerosos alos bolsillos de cualquier investidura.
Esos menores que hasta anoche todavía rellenaban presurosos losbuzones del correo con la misiva correspondiente en el PalacioPostal y en cualquier buzón, o bien enrollaban su cartita en elhilo del globo que surcaría el firmamento rumbo al arcano, y en elúltimo de los casos –azuzados por sus padres- las meterían enlos luidos calcetines al pie de la cama familiar, al final, sedormirían agitados y nerviosos porque no todo el año pasado sehan portado muy bien que digamos.
Pero eso fue lo de menos. “Los Reyes nos perdonan todo”,casi le gritaba Ale a su mamá con los 6 años a cuestas que ledaba la soltura para increpar cualquier duda materna sobre elparticular.
Y ni hablar de Reynaldo, quien a sus nueve se sentía más queseguro de que, por fin, este 2017 sí le van a traer el celular quesu hermano mayor le presume “más un reloj de colores” que selo ganó, afirma ufano, “porque además de portarme bien, hicetodas mis tareas y me saqué nueve de promedio en laescuela”.
Amada tiene siete y medio. Pidió todo el kit de Peppa Pig–peluche, pantuflas, perfume, pijama, vaso, cuaderno, lápices yhasta dulces de este caricaturesco personaje animal-, pero “paraque vean que soy buena”, abogó por el travieso de su hermanoJorge, quien a sus once ya no cabe en la bici que le trajeron hacedos y ya pide relevo.
Todo esto son meras anécdotas. La realidad se develará enhoras. Melchor, Gaspar y Baltazar llegarán esta noche a cumplir.“No como los políticos”, desliza José, papá de tres ansiososy rebeldes chamacos que tendrán que dormirse más que tempranoesta noche. Amanecerá y veremos.