México.- El secretario de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados, Francisco Javier Pinto Torres, expuso que mediante el fomento de prácticas de reconstrucción resilientes el patrimonio de los mexicanos puede verse menos afectado por fenómenos naturales como los sismos.
En México es urgente adoptar modelos de infraestructura resilientes en la etapa de reconstrucción de las zonas devastadas por los sismos de septiembre pasado, para que las edificaciones tengan la capacidad de soportar desastres naturales de gran magnitud, planteó.
El legislador de Nueva Alianza estimó que para la construcción de las infraestructuras dañadas debe considerarse la utilización de gatos hidráulicos para aportar mayor flexibilidad a las construcciones, así como el empleo de materiales como la madera, que por su ligereza y resistencia, disminuiría los daños propiciados por temblores y se salvaría miles de vidas.
En entrevista, mencionó que de acuerdo con el balance general realizado por el gobierno federal, casi 24 mil 529 viviendas fueron catalogadas como pérdida total, luego de los movimientos telúricos ocurridos en cinco estados de la República en septiembre de este año.
“Las características de la resiliencia arquitectónica como son la capacidad de cambio, preparación para soportar condiciones adversas, y contar con la facultad de lograr una rápida y efectiva respuesta ante situaciones de emergencia, deben estar presentes en el proceso de reconstrucción de cualquier espacio ya sea público o privado”, sostuvo.
El legislador por Colima destacó que de acuerdo con estudios realizados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entre las principales infraestructuras que son frágiles en un sismo están las construcciones con adobe o que no tienen acero dentro de su estructura como refuerzo.
Por ello, apuntó, la implementación de una arquitectura resiliente ayudaría a que los estados afectados, como Puebla, Morelos, Ciudad de México, Oaxaca y Chiapas, puedan enfrentar mejor el desafío que representan los sismos y con ello impulsar esta práctica a nivel nacional.
Mencionó que de acuerdo con datos del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Guanajuato, tras los terremotos ocurridos en Haití y Chile en 2010, se pudo apreciar que en el país chileno la recuperación fue más rápida, pese a que la intensidad del sismo fue mayor que la de Haití.
Lo anterior, agregó, como resultado de una lógica de resiliencia con la que fueron realizadas las viviendas y edificios en esa nación.
"Esto demuestra que una intervención oportuna en la forma de construcción mexicana, con los métodos adecuados, puede lograr que los edificios y casas habitación sean resistentes y se recuperen más rápido”, puntualizó.
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