Entre 2015 y 2017, el número de menores de edad que fueron víctimas de delitos graves en México creció 15%, afectando principalmente a los hombres, de acuerdo con las estadísticas de incidencia delictiva publicadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Los crímenes en contra de niños y adolescentes que más crecieron en el periodo fueron los que atentan contra la vida y la integridad corporal como las lesiones dolosas, los homicidios y los feminicidios.
En segundo lugar aumentaron los crímenes contra la libertad personal como el secuestro (en todas sus modalidades) y el tráfico de menores. Otro delito que también se incrementó fue la corrupción de menores.
En cambio, en el mismo lapso disminuyeron las víctimas de trata de personas, rapto, extorsión y lesiones culposas.