IXTAPALUCA. Estados Unidos recibió ayer al primer grupo de cuatro venezolanos acogidos por el nuevo proceso migratorio que anunció la semana pasada, el cual les otorga libertad condicional en ese país bajo ciertos términos como que ingresen por vía aérea y tengan un patrocinador en suelo estadounidense; sin embargo, continúa la expulsión de cientos de sudamericanos por los cruces fronterizos con México, como Tijuana, Piedras Negras y Ciudad Juárez, donde cada día llegan en grupos de hasta 230 deportados.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) anunció que los cuatro venezolanos recibidos bajo el nuevo programa, llegaron por avión desde México, Guatemala y Perú, además de que la implementación de esta nueva política, aplicada desde el 12 de octubre, redujo la entrada ilegal de venezolanos en 85 por ciento.
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Las autoridades estadounidenses advirtieron que los venezolanos que intenten cruzar ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos seguirán siendo devueltos a México y no serán elegibles para este proceso en el futuro.
A medida que avanza el proceso ,EU y México también continúan reforzando sus operaciones coordinadas de cumplimiento para atacar a las organizaciones de tráfico de personas, como en el Estado de México, donde ayer fueron asegurados casi medio centenar de venezolanos cuando viajaban a bordo de un autobús en Ixtapaluca. El operador fue detenido.
SIGUEN LLEGANDO
Los refugios en las ciudades fronterizas están saturados ante la constante llegada de ciudadanos venezolanos, como Neidimar Suárez, que salió junto con su esposo e hija de su natal Acarigua y llegó el sábado a Mexicali.
Ella decidió salir de su país ante la imperante devaluación y crisis económica que hace la vida imposible. Pasó por Colombia para llegar a Panamá, donde le quitaron su dinero; luego llegó a la Ciudad de México, de ahí a Guadalajara, Jalisco, pasando por Tepic, Nayarit; Mazatlán, Sinaloa y Empalme, Sonora, hasta llegar a Mexicali, Baja California.
El sábado cuando llegaron a Mexicali pudieron dormir en la estación de migración. Sin embargo, la mañana de ayer estaban buscando refugio en un albergue, pero les dicen que todos están colapsados por tanta gente.
Juandri, esposo de Neidimar, comentó que se habían gastado cerca de cinco mil dólares por cada uno para llegar a la frontera con EU.
Dijo además que desconfía de las autoridades mexicanas a pesar del anuncio de que se les darán facilidades para quedarse en el país, ya que creen que solo quieren deportarlos. “Los de Migración ni el gobierno ayudan, quienes sí los han apoyado son las personas que tienen albergues y las iglesias”, aseveró.
Juandri reconoció que la única opción para migrar de manera legal a Estados Unidos es llegar por avión y tener algún familiar en ese país que los ayude, pero no cuentan con ninguna.
Con información de Alejandro Domínguez / La Voz de la Frontera
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