León, Gto. Nicolás Pérez Ponce, presidente de Centros de Rehabilitación Unidos del Bajío (CRUB), que representa a 110 organizaciones del estado, aseguró que desde hace tres años tienen conocimiento de que el fentanilo se está distribuyendo en Guanajuato y hasta ahora no hay un tratamiento para la rehabilitación de esta droga.
En entrevista con Organización Editorial Mexicana, comentó que esto pese a que la Secretaría de Salud de Guanajuato les exige que trabajen con tratamientos especializados contra las adicciones para el desarrollo de habilidades de las y los pacientes, no hay algo que hasta el momento sea efectivo para tratar la adicción al fentanilo.
“Hasta el momento no hay un tratamiento como tal, Secretaría de Salud cumple con exigirnos que trabajemos con el tratamiento Minnesota, con el colombiano, pero México no tiene, vamos a elaborar uno, con el cual nosotros traemos testimonios que hay recuperación y es un tratamiento que ha funcionado, que nosotros traemos un 80% de que se han recuperado los chavos”, dijo.
El líder de los centros de rehabilitación detalló que esta droga combinada con armas ha sido una dinamita que estalla en las jóvenes principalmente a partir de los 15 años de edad.
“¿Por qué crees que ahorita ha subido el índice delictivo y más entre las personas jóvenes? Entre los 15 a los 25 años, por eso, con esta sustancia los chavos de estas edades son bien fáciles de manipular, los puedes llenar de granada, de dinamita y les puedes decir 'allá la truenas' y se truenan, hasta allá es esta adicción, entonces no es cualquier cosa a la que nos estamos enfrentando”, agregó.
Recordó que cuando llegó esta droga a Guanajuato, dieron aviso a las autoridades, ya que registraron dos casos: un hombre de Tierra Blanca y una enfermera de Romita; con el paso del tiempo se dieron cuenta que se estaba distribuyendo con más fuerza.
“Nosotros fuimos los primeros que empezamos a alertar a la fiscalía, así como a cada uno de los gobiernos municipales en donde tenemos presencia, pero desafortunadamente, no sabemos por qué fines no se toma tanto en cuenta este tipo de situaciones, pero desde hace unos tres años empezamos a percatarnos de los primeros casos que ingresaron a centros de rehabilitación que nosotros representamos”, añadió.
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Nicolás Pérez explicó que el cristal es una droga que está ganando terreno, ya no sólo a personas que están en las calles en situación de vulnerabilidad sino también a trabajadores de empresas y profesionistas que la usan también por medio de parches y pastillas.
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