León, Gto.- Este año la celebración para la patrona de los leoneses, la Virgen de la Luz, no se pudo llevar a cabo con normalidad debido a la emergencia sanitaria por Covid-19.
Aun sabiendo que no podrían entrar al recinto religioso, unos veinte feligreses se congregaron a las afueras de la catedral Metropolitana de León. Fue más fuerte su fe, que la salud.
Ya en el lugar el ambiente no era como el que se vive en otros años, se sentía la soledad, la tristeza, sabían que no podrían celebrar como en años pasados con su asistencia a la misa, comprar flores, objetos religiosos y disfrutar del resto del día en los comercios y puestos de comida típica mexicana que se colocan en las calles que rodean la Catedral.
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A su llegada algunos se hincaron frente a la casa de Dios, adornos florales no faltaron, rosarios y plegarias se escuchaban, pero solo en voz baja, algunos automovilistas paraban su marcha por un momento, se persignaban y se iban; evidentemente más de 100 años de celebración se pausaron.
Ceca de las 10:30 de la mañana, algunos ya estaban a las afueras de Catedral, las campanas fueron la señal de que el arzobispo Alfonso Cortés Contreras ya estaba listo para oficiar la ceremonia, lo que alentó a quedarse y pensar en un “limitado acceso”, pero la orden era clara; no se abrirían las puertas al público.
Para las autoridades, esto fue un motivo suficiente para custodiar en el área en una vigilancia con elementos de Policía y Protección Civil que pidieron retirarse. La mayoría aceptó lamentándose de que la normalidad empieza a cambiar.