En el segundo día del semáforo rojo, en León, algunos ciudadanos continúan su vida normal. Al mediodía del sábado, las calles del Centro ya registran gran movilidad.
Todos los negocios están abiertos y aunque controlen el aforo en su interior, a las afueras, la concentración de gente poco ayuda para contener los contagios de coronavirus.
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Las unidades del transporte público van como es costumbre: llenas, con algunos pasajeros sin cubrebocas y si no es suficiente, un chofer se expone y expone a los usuarios a posibles contagios, permitiendo a un cantante urbano subir a “chambear” para que les grite a la cara sus sentidas interpretaciones.
La pandemia por Covid-19 en León ha cobrado la vida de mil 877 personas, algunos conocidos, famosos, un familiar o alguien cercano. Los contagios en el reciente mes y medio se han dado de forma acelerada; nueve mil 367 casos y 536 muertos.
Pero esto, poco parece importarle a quienes salen a las calles en familia, a pasear, a dar la vuelta a desaburrirse.
Con la implementación del semáforo rojo, a partir del viernes 25, las autoridades en Guanajuato hacen un llamado a reducir los aforos, pero sin el cierre de los negocios, sean o no esenciales, sigue siendo atractivo para la ciudadanía salir a desestresarse.
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Este sábado en León es normal para muchos; lo de menos es aguardar haciendo fila para ingresar a una tienda de ropa, de dulces, de zapatos o de artículos electrónicos. Todo es esencial, afirman mientras esperan, ahí pegaditos unos con otros a las afueras de los establecimientos.
Si bien es cierto que las bancas y jardineras tienen vallas para impedir la socialización, las personas siguen socializando, paradas; total, da lo mismo.
Permiten cantantes en el transporte urbano
Al Centro de la ciudad arriban de todas las zonas del municipio y como viene en familia, las unidades del transporte público están llenas.
Ya no hay -si es que alguna vez hubo- inspectores de Movilidad impidiendo subir a quien no use cubrebocas o bajando a quien se lo retira una vez arriba del camión.
Todos pasan, todos, hasta aquellos que por reglamento y sin pandemia no deben: los vendedores y cantantes.
En la ruta convencional 74 que va de Villas de San Juan al Centro, el chofer del camión 1147 le permite al cantante colocarse al frente de los pasajeros, encender su bocina a todo volumen, retirarse el cubrebocas y gritarle a la cara a los más 50 pasajeros sus tres canciones. Nadie le dice nada; es más hasta le ayudan con una moneditas.
El semáforo en rojo que aplica en León es de un rojo muy deslavado.