Más de 60 organizaciones musicales de León y Silao dedicadas al ambiente sonidero desfilaron por las principales calles y centro de la ciudad en la celebración de la Cuarta Peregrinación Anual de sonideros con destino al Santuario de Guadalupe para rendir honor a la madre de la América Latina.

Los acordes de la cumbia sonidera, los gritos, porras y la alegría de los integrantes de la peregrinación atrajo la atención de los transeúntes, comerciantes y todos aquellos que se encontraban en el centro de la ciudad que presenciaron la fiesta que llevan por la Francisco I Madero que partieron en punto de las 10 de la mañana de la Calzada del Arco.

Con más de 400 personas agrupadas en la actividad sonidera, banderines, pancartas, camionetas y autos e inclusive motocicletas con sonido avanzaban bailando al ritmo de la cumbia sonidera.

Fervientes devotos de la Morenita

Fue en punto de las 12:00 horas que los representantes y familias de las organizaciones musicales del género sonidero llegaron hasta el Santuario de Guadalupe, para ser recibidos por el padre rector y dar inicio a la celebración de la santa misa de acción de gracias.

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La tradicional foto con el sacerdote no pudo pasar, las lonas con los nombres y emblemas de los sonidos participantes dejaron entrever la ferviente devoción que tienen los llamados sonideros con la Virgen de Guadalupe.

Existe un paradigma social

Existe una mala percepción del ambiente sonidero, dijo Jorge Navarro mejor conocido como el office sonidero es uno de los organizadores del evento, reconoció que hablar de sonideros es sinónimo para algunos de violencia y desmanes, somos como cualquier artista hacemos arte con la música, brindamos alegría a quien lo quiere.

Muchos tienen el concepto que al estar frente a los controles y tocar música incitamos a la gente a la violencia por el contrario somos quienes buscamos que exista siempre un ambiente de paz y diversión para eso estamos.

Somos acosados

Cada vez son menos los espacios para organizar los bailes públicos, ahora solo amenizamos fiestas particulares y aun así somos perseguidos y acosados por uniformados, nos tratan como delincuentes y no lo somos señaló Alfredo N (a) el “yupi”, nos gusta la fiesta y la sabemos hacer, muestra que cada vez son más eventos familiares en donde tocamos.

De la actividad artística sonidera se estima un promedio de 500 familias en la ciudad que se ven beneficiadas o afectadas ante la ausencia de espacios para el desarrollo de eventos de tipo público.