A partir del lunes Guanajuato retrocederá a semáforo naranja, sin embargo, este fin de semana la gente salió a pasear antes de que les restrinjan de nuevo cosas.
La noticia de que el estado, de nuevo, entrará a semáforo naranja no detuvo a los leoneses para salir y provocar aglomeraciones en la zona centro, en donde apenas hace algunas semanas fueron retiradas algunas vallas que delimitaban el paso peatonal en áreas de dicho lugar.
El panorama en la zona centro en las últimas semanas ha sido el mismo, personas que a pesar de la contingencia sanitaria sale a ver aparadores, a comer algún antojo, o simplemente a sentarse en las jardineras.
Este sábado se pudo observar a familias completas paseando sin cubrebocas, compartiendo alimentos y esperando a algún familiar afuera de algún lugar, donde a su vez otros esperaban a alguien.
A la entrada de los comercios los letreros de que solo cierto número de personas pueden ingresar no pasan desapercibidos, pero al parecer la gente espera a que el aforo baje para entrar con la ilusión de algo que han de estrenar, ni la pandemia los detiene.
En la calle 5 de mayo vendedores ambulantes vendían cubrebocas, aunque ellos no lo usaran, en el mismo tramo afuera de la Comisión Federal de Electricidad la fila era visibles, más de 10 personas con una nula “sana distancia”.
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En las jardineras que custodian el quiosco frente a presidencia municipal, la gente estaba sentada comiendo, o simplemente viendo el paisaje y como los niños corrían de un lado a otro como si no pasara nada.
A pocas personas, o ninguna, se le vio usando gel antibacterial, más que a la entrada de los negocios, fuera de ahí, nada de eso.
Incluso afuera del templo del Oratorio de San Felipe Neri por lo menos 5 personas disfrazadas se dejaron tomar fotos con la gente que sonriente los abrazaba, el más solicitado una botarga del equipo León que al parecer hace mucho no pasa por un buen baño.
Serán 15 días en los que el estado estará en semáforo naranja, mientras tanto, nada detuvo a algunos leoneses para hacer una breve salida al centro y guardar el recuerdo de cómo era la vida en semáforo amarillo.