León, Gto.- Calor aleja a los padres de familia de las filas de vacunación contra Covid-19 del Hospital Comunitario Las Joyas.
Tal es el caso de la señora María Torres, vecina de la colonia San Juan Bosco quien prefirió retirarse de la zona con sus dos hijos luego de una hora de estar formada.
“No me traje sombrilla ni banco y padezco de la presión por eso me voy y mejor mañana me levanto temprano para hacer fila antes de las seis”, señaló María.
Informó que como la fila no avanzaba comenzó a sentirse mal y al ir sola sin compañía temió por su salud.
Agobiados
Con desánimo y fastidio los menores pedían a sus padres abandonar el lugar, sin embargo para los que estaban a escasos metros de ingresar al Hospital Comunitario su rostro reflejaba alegría pero no por ser inmunizados sino porque ya estaba aburrido y querían irse a su casa.
“Ya me quiero ir, ya quiero que me pongan la vacuna para irme a mi casa”, dijo Denisse Padilla con lágrimas en sus ojos.
En cambio para Agustín Rojas de 8 años de edad el acudir a Las Joyas le ayudó a socializar y conocer nuevos amigos, a pesar que había sol y su mamá no llevaba en qué resguardarse del sol, para el menor fue mejor estar formado que ir a la escuela y jugar en la tierra.
“Yo estoy feliz porque no fui a la escuela y conocí a más amigos”, mencionó Agustín quien estuvo formado desde las ocho de la mañana.
Comerciantes
Los más beneficiados fueron los comerciantes de comida y abarrotes quienes señalaron que la aplicación de la vacuna en las Joyas reactivo su economía a más de 80 por ciento.
“Lo que he vendido de las ocho a las once del día de hoy equivale a las ventas que hago hasta la una o tres de tarde”, mencionó Don Juan.
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En cambio otros comerciantes que no son de la zona acudieron para “levantar sus ventas” como fue el caso de la señora Norma quien vende quesadillas y un vecino que trasladó su máquina para hacer helados.
La ruta 81 bajaba a padres de familia y sus hijos en la calle Platón esquina con Montaña del Sol, cruce donde continuaba sumándose gente e incorporándose en la fila que daba vuelta a la hacía la zona conocida como “Barranca”.