“Todo a mano, nada en máquina”: Guadalupe un talabartero original

A sus clientes les ofrece en sus artículos su tiempo y esencia

Rosario Horta | El Sol de León

  · viernes 8 de abril de 2022

Fotos: Francisco Carmona | El Sol de León

León, Gto.- “Todo a mano, nada en máquina” es la frase que caracteriza a Guadalupe Sánchez, artesano leonés en talabartería quien con sus diseños únicos y personalizados provee a clientes de Jalisco, Chihuahua, Veracruz, Coahuila con artículos de cuero o guarniciones para caballerías; en Guanajuato no es común que adquieran estos productos por la ausencia del caballo y ganado.

En su taller ubicado en Zona Centro de León, mientras escucha música del oeste, el artesano trabaja con compases, navajas, abridores, punzones, cuernos de venado y cinceles en lo que más le gusta hacer, chaparreras personalizadas, sillas de montar y crucifijos hechos con clavos, amarrados con cobre y puntillas para herrar caballos.

Guadalupe Sánchez mencionó que a sus clientes les ofrece en sus artículos su tiempo y esencia. “Mis trabajos son personalizados y los que son para proveer a las personas tienen un detalle único, no me gusta repetir diseños ni piel”.

Para ofrecer un excelente trabajo, también los asesora sobre las bondades de cada piel así como el uso que se puede obtener de ellas, lo que hace único a Guadalupe del resto de los talabarteros leoneses, es que los productos son hechos a mano y a la medida del cliente, no en talleres con maquinaría.

“Mi trabajo lo hago cien por ciento a conciencia para la gente que se dedica a montar a caballo y mover el ganado, no es lo mismo que hagan una serie de 1 mil trabajos sin la medida de una persona”.

Por lo mismo cuida en el cuero que cada línea adquirida no haya dos iguales, porque eso es lo que hace único. “Siempre busco piezas únicas como cuero, cuerno de venado, que me da la autenticidad”.


La piel crazy es el primordial forro que usa porque le da una historia con el paso del tiempo a la piel ya que va adquiriendo ciertas raspaduras, ralladuras y pulidas que le dan ese sello de único.

El oficio de talabartería se desarrolla desde la fundación de la ciudad, es una actividad que se ha ido perdiendo poco a poco con el paso del tiempo, y es el arte de la transformación de la baqueta y de la piel para el servicio de la charrería.