León, Gto.- El Templo de Santa Teresita del Niño Jesús, ubicado en la zona de Bellavista, inició como una ermita y hace varios años, por debajo del recinto religioso, corría un manantial de agua dulce, el cual, por su frescura, hacía que crecieran todo tipo de plantas.
Parte de su historia es que era una pequeña mezquita y el padre Eduardo Ramos Ponce, misioneros del Espíritu Santo platicó que su aniversario es cada noviembre.
“El primer obispo que nos recibió fue Manuel Martín del Campo y Padilla fue muy bondadoso y nos permitió construir una pequeña ermita con el padre Cruzito, su deseo es que fuera dedicada a Santa Teresita del Niño Jesús.
Es una santa que se santificó a los 23 años y enseñó el camino de la humildad, infancia espiritual y como congregación tuvieron hace poco la beatificación de un misionero del espíritu santo el padre Moises Lira Serafin que obtuvo un milagro de Dios para una familia de San Felipe Torres Mochas y precisamente la característica es la misma de Sante Teresita que es el camino espiritual de la sencillez”, agregó.
Una historia llena de esfuerzo e identidad
A los 70 años, se celebra con amor debido a que la comunidad católica está volviendo a alistarse y despertar de un sueño que ha dejado la pandemia y se ha empezado a movilizar.
“Cumplimos nuestros primeros 70 años, pues en noviembre de 1954 llegaron los primeros misioneros del Espíritu Santo, el padre Jesús Maria Padilla, que fue el superior general nuestro, tuvo el interés de colaborar en Leon. Nuestra misión es extender el reinado del Espíritu Santo, no se puede realizar sino damos a conocer a Jesús porque la obra maestra del espíritu santo fue formar a Jesús el hijo de Dios como verdadero hombre en el seno inmaculado de la santísima Virgen María y eso le llamamos el misterio de la encarnación”, explicó.
Resaltó que ese misterio de encarnación es una invitación a ser humildes, sencillos a acercar las bondades y riquezas de Dios a nuestra historia. Los misioneros están llamados a extender ese reinado para que se conozca a Jesús, evangelizar, generar a la gente el deseo de agradar a Dios y hacer el mundo más humano, fraterno y justo.
El padre Pablo, el apóstol de la gratitud
El padre Pablo María Guzmán, uno de los fundadores de las Misioneras Eucarísticas de la Santísima Trinidad, estuvo en Irapuato, una comunidad que atiende el Santuario de Guadalupe y hasta la fecha llegan personas preguntando por el padre, porque los ha confesado. A este cura se le llama “el apóstol de la gratitud” y se espera ser beatificado.
“Hay quienes llegan a preguntar por el padre y les decimos que ese padre ya murió en 1964. ‘¿Cómo, pero si me atendió?’, dicen muchas personas; era un padre que tiene fama de santidad, su característica era hablar siempre de las bondades de Dios y era muy agradecido, su causa de canonización va muy adelantada y la Iglesia que ya estudió su vida, sus escritos y dice que es digno de ser venerado, estamos esperando que Dios a través de él realicen un milagro para que lo beatifiquen. Si todos fuéramos agradecidos, el mundo cambiaría”, dijo.
Algunos padres del Templo Santa Teresita
El cura Eduardo manifestó que uno de los padres recordados fue el padre Alfonso Alderete, excelente predicador, hombre apasionado de las sagradas escrituras e incluso el obispo en turno lo invitaron a ser catedrático de en el seminario mayor.
Joaquín Paredes fue uno de los primeros sacerdotes del templo y se enfocó a los niños y a la juventud cuando en aquél tiempo eran más de 1 mil niños en el catecismo y se daban en la calle pueblo, las familias prestaban el porche de su casa.
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Acciones a la comunidad
En la parroquia se encuentra el Centro de Escucha y Solidaridad “Conchita Cabrera” en este centro se encuentran terapeutas quienes atienden a las personas y son escuchadas.
También está el consultorio médico y se atienden padecimientos como ansiedad, depresión, diabetes, hipertensión, trastorno del sueño, gastritis, ulceras, varices, aparato respiratorio, aparato digestivo, fortalecimiento de la respuesta inmune, dolor de cabeza, dolores musculares, artritis y demás.
Joaquín Muñoz, médico que da asistencia para el apoyo a personas con recursos limitados, su cura son hechas por él mismo con plantas para ayudar a las personas a sanar, se les cobra 100 pesos por consulta que es una cuota de recuperación para continuar haciendo sus recetas.