IRAPUATO, Gto. (OEM-Informex). Javier Domínguez tiene más de 60 años de vivir en la comunidad de Santa Roma Temascatío y dice que nunca había a la presa del poblado, la Ave María, así de seca como lo está ahora.
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“No salimos de una y entramos a otra; si este año no llueve, me voy a llevar a toda mi familia a Estados Unidos", dice Javier Domínguez, quien irónicamente señala que sus 80 años no serán impedimento para llegar a Texas; “al cabo el río de la frontera a lo mejor también va a estar seco y hasta caminando lo paso”.
Hace apenas tres años, Javier Domínguez caminada dos kilómetros para llegar a la presa Ave María. Una bolsa de pan duro, un refresco, cuatro gorditas de frijoles con salsa de chile seco era su único acompañamiento cuando iba a pescar mojarras a la presa, las cuales vendía a cinco por 25 pesos a sus vecinos.
“Desde mayo del año pasado se secó la presa, no llovió en 2019 tampoco y por eso se secó. No sembramos en noviembre porque sabíamos que no se iba a dar la cosecha y ahorita andamos mendigando a ver qué comemos, porque cuando no había comida, venía por peces y eso comíamos, pero ni eso hay”.
Javier Domínguez tampoco puede echar mano de las dos vacas que tenía el año pasado, pues se le murieron.
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“No hubo agua y no hubo pasto y pues ni modo que comieran piedras, entonces pues tampoco. Nadie me las quiso comprar y también se murieron”.
A don Javier le queda su esposa, Anastasia, de 72 años, y su hijo Martín, de 48 años, quien padece Síndrome de Down.
“Ya me desesperé aquí, ya estoy viejo para ir a la ciudad a trabajar y pues todavía falta mucho para mayo, para ver si llueve algo, pero si para julio no ha llovido nada, voy a agarrar a mi familia y me la voy a llevar a Estados Unidos”.
Don Javier siempre se opuso a irse a trabajar a Estados Unidos. Tuvo cuatro veces la oportunidad de irse a trabajar en los campos de espárrago, con todos los documentos legales y arreglados, pero nunca aceptó.
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“Yo siempre dije que aquí había las mismas oportunidades que en Estados Unidos, pero ahorita está bien difícil. Me quitaron el apoyo para mi hijo Martín, que está enfermo, nos dieron a mi esposa y a mí, pero hace tres meses que no llega.
“A lo mejor y ya es tarde, pero si no mejora esto, yo creo que sí me los llevo al norte; lo único que me mantenía aquí eran mis tierras, pero ya tiene dos años que no me producen nada y ya es muy poco el tiempo el que me queda como para seguir viviéndolo con hambre”.