León, Gto.- Una casa que tiene una antigüedad de 200 años, se está derrumbando en San Juan de Dios. Este inmueble lleno de historia, fue convento, un jardín de niños, una panadería y un negocio de botanas y refrescos. Ahora, debido al paso del tiempo se ha convertido en un riesgo para los vecinos y transeúntes de la zona.
A principios del año 1800 en la calle Ignacio Altamirano, entre Rosas Moreno y Mariano Escobedo, comenzó a construirse una finca. Justo a unos metros del templo del barrio.
“Nadie de los vecinos, sabía que era, hasta que alguien le preguntó a uno de los albañiles y les dijo que estaban haciendo un convento, me contaba mi abuelo”, explicó Celia Nápoles Rojas de 75 años, vecina de la calle Altamirano.
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Madres Franciscanas
Era la congregación de las Madres Misioneras Franciscanas de Nuestra Señora de la paz, que por casi siglo y medio permanecieron en el lugar. Posteriormente, debido al crecimiento de la hermandad, tuvieron que reubicarse.
Luego, fue un jardín de niños privado por algunos años y después, fue la famosa panadería San Jerónimo, la cual tenía clientes del barrio y de otras colonias cercanas.
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El paso del tiempo, cobró factura a este legendario inmueble, la humedad y lo antiquísimo de la construcción, comenzaron a ceder con el transcurso de los años. Por ello, los dueños de la panadería, decidieron dejar de rentar el inmueble.
No quisieron correr riesgos debido al mal estado de la construcción y se retiraron del lugar.
“Esa parte de arriba, es donde eran los dormitorios, ahí junto a la ventana tenían una capillita y tenían un santo niño, pero no recuerdo cual. La casa es grande, llega casi hasta la Juan Valle, atraviesa toda la manzana, antes ahí iban a misa, hacían kermesse y verbenas las madres para recaudar fondos, al fondo tiene la cocina y un patio y aquí enfrente solo era la capilla y algunos salones. Yo nunca entre, pero mi mamá me platicó que ahí, fue al catecismo”. Nos contó Joel Córdoba, de 60 años, vecino de la calle Guillermo Prieto, quien en su niñez vivió en la Rosas Moreno.
Un negocio de botanas
Hace casi cinco años, luego de que la panadería dejo de funcionar, un vecino de la misma calle, identificado como Luis alias “El Güero”, instaló en el lugar un negocio de fritura, botanas y refrescos y sus clientes eran principalmente estudiantes, quienes luego de comprarle, se iban al jardín.
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Pero un día, mientras estaba con la vendimia, la marquesina y la parte de arriba de la barda del lado izquierdo se desprendieron y se cayeron. Por lo que el hombre decidió quitar su negocio e instalarlo en su casa.
Los dueños de la casa, fueron notificados del desperfecto y contrataron albañiles para que repararán los desperfectos y arreglarán la casa.
“Aquí espantan”
“Vinieron los albañiles a arreglar, los primeros duraron como una semana y ya después no regresaron, porque los espantaron, dijeron que se les apareció una monja. Después contrataron a otros “maistros”, y esos, a los dos días corrieron ya no volvieron y dijeron que una madre se les había aparecido”. Dijo Joel.
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Los dueños de la casa, decidieron poner en venta la casa y los habitantes del barrio de San Juan de Dios, comentan que la compró el municipio.
Las lluvias recientes, han provocado que las bardas, sobre todo la fachada, se humedezcan y se desmorone poco a poco, por lo que personal del Municipio, acudió hace aproximadamente un mes, a colocar vigas y a acordonar la zona, para evitar mayores riesgos.