León, Gto.- Una de las colonias más antiguas de León, es la Obrera, con 134 años de existencia, alberga en su territorio emblemáticos lugares populares como lo es el Santuario de Guadalupe y el mercado Descargue Estrella. Lamentablemente, sus coloridas calles, se han convertido en inseguras y violentas. Han sido escenario de ataques armados y también sus vecinos han sido víctimas del hampa. En los últimos dos meses, una decena de medidores de luz han sido robados de casas y negocios.
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A pesar de que el ladrón está ubicado por los vecinos, nada pueden hacer. Los robos a medidores de luz, se registraban solo por la noche y madrugada. Ahora, no importa la hora, son arrancados en la mañana, tarde, a plena luz del sol.
“El ladrón del costal”
“Es un señor güero, que trae un costal blanco, roba y a veces hasta tiene el descaro de sentarse enfrente de las casas, con los medidores adentro del costal, todos sabemos que es él”, comentó una vecina, que hace aproximadamente un mes, también fue afectada con el robo de su medidor.
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La habitante de la calle Clavel, dice que a ella se lo robaron a mediodía. “Salimos mi esposo y yo, para ir a recoger a nuestro nieto, era como la una de la tarde y todavía estaba el medidor, una hora después, cuando regresamos, ya no había nada”. Relató
Otros vecinos, corrieron con la misma suerte y también se los robaron, pero por la noche. Los afectados, tienen que acudir a reportar y solicitar un nuevo medidor a la Comisión Federal de Electricidad. La dependencia federal tarda hasta cuatro días en reponerlos, con un costo que los leoneses tienen que desembolsar, de hasta 3 mil 500 pesos.
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En tanto, el ladrón a cualquier hora del día, se pasea con su costal por las calles de la colonia, quizá identificando cuál es el próximo medidor que se va a llevar. “Pasa con su costal de color blanco y ya desgastado, viste ropa holgada, un pantalón y una playera de vestir, tiene el pelo medio largo a la altura del hombro y lo lleva amarrado con una coleta”, relató un vecino de la zona, mientras compraba cosas para preparar su comida.
La solución que algunos vecinos han optado, es proteger su medidor con una protección metálica y con candado, para evitar futuros robos. En la calle Clavel, son varias las casas que viven con la falta de un medidor.
Paracaidistas al acecho
Al ser uno de los barrios más longevos de la ciudad, sus habitantes son mayores. Muchos de ellos, han fallecido y sus casas quedan abandonadas. “Algunos no tuvieron hijos y las familias de otros viven en otra ciudad o en Estados Unidos y las casas se quedan solas”, informó una vecina.
Esto es aprovechado por paracaidistas, gente que no tiene buenas intenciones y que convierten los inmuebles en puntos de venta de droga, en casas de pánico o bien, en bodegas de artículos robados.
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En un edificio de departamentos que a sus espaldas quedan sobre la calle Mirto y Clavel, se ven los rastros del vandalismo, grafitis, la estructura dañada e incluso, los rastros de incendios provocados.
Por si fuera poco, los ataques armados, son constantes en la zona, algunas veces solo son disparos al aire. En otras ocasiones hay víctimas mortales. El homicidio más reciente ocurrió el pasado domingo, cuando una mujer fue asesinada en la calle Obreros.
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La colonia Obrera, se ubica en la zona centro de la ciudad, entre la avenida Miguel Alemán y el bulevar Adolfo López Mateos. Colinda con la también conocida zona de “La Rivera” y con la colonia Bellavista.
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