León, Gto.- (OEM-Informex).- Se habla mucho de la responsabilidad afectiva porque las nuevas formas de relacionarse a través de redes sociales han mostrado lo poco de las personas se responsabilizan del impacto emocional que pueden tener sus acciones sobre otros.
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La responsabilidad afectiva es la ética que promueve justo todo lo contrario. La psicóloga Mayra Aguirre, explicó que este es un término que surge a partir de las reflexiones sobre las relaciones “poliamorosas” alrededor de los años 80, en Estados Unidos.
Sin embargo, la responsable de Orientación en la coordinación de Desarrollo Estudiantil de la Universidad La Salle Bajío, añadió que en la actualidad se ha popularizado en conversaciones de la vida diaria cuando se habla sobre cualquier tipo de relaciones afectivas.
Para la experta es importante abordar este término desde el entendimiento de lo que en realidad se refiere y cómo poder reflexionar sobre su práctica, desde una perspectiva de cuidado.
“Las relaciones sexo-afectivas en la actualidad, tiene características muy diversas que identifican varios tipos de vínculos, además se ha integrado a la tecnología generando diversos canales de comunicación”, comentó.
A pesar de estos nuevos retos y formas, en la mayoría de las relaciones se mantiene una lógica de posesividad y dependencia, que puede llevar a prácticas de violencia que de acuerdo a la psicóloga, se pueden encontrar normalizadas.
“Por ejemplo, tener que dar la contraseña de tus dispositivos electrónicos, dejar de hablar con ciertas personas de tu círculo social por celos, hacer la ley del hielo cuando nos molestamos con la pareja, realizar bromas hirientes o poner sobre nombres”.
Mayra agregó que la base de la responsabilidad afectiva es implicar en primer lugar, cuestionarse sobre las creencias del amor, pues el romántico es un concepto que cuestiona a un grupo de ideas que se tienen culturalmente, sobre que la pareja complementa, que una de las metas centrales debe ser estar con alguien o que es apersona cambia a través del amor, la incondicionalidad y omnipresencia que uno ofrece.
“Todas esas ideas, son socializadas a través de los medios de comunicación masiva, que permiten seguir reforzando estas ideas erróneas”, señaló.
También resaltó que la responsabilidad afectiva es una práctica de cuidado emocional y empatía hacia los demás, es responsabilizarse sobre el hecho de que las acciones tienen consecuencias en los demás.
“Es necesario aprender a expresar nuestro deseo, establecer acuerdos donde tal vez no obtenemos todo lo que queremos, pero tampoco se deben generar dinámicas crueles ni violentas”.
Recomendó que en las relaciones sexo-afectivas hay que generar una ética de cuidado hacia la otra persona, sin importar su duración o estatus, es decir, aunque se refiera a una relación como “casual”, el cuidado debe estar presente, pues se evita la idea de que solo ciertos vínculos son merecedores del cuidado.
¿Cómo fomentar la responsabilidad afectiva?
- • Claridad en las expectativas que se tienen sobre la relación.
- • Solicitar el consentimiento.
- • Realizar acuerdos, aun cuando estos puedan ir cambiando con el tiempo, siempre deben dialogarse.
- • Comunicarse asertivamente: expresar qué quiere, qué te molesta y qué sientes.
- • Aceptar que existen conflictos, pero es necesario aprender a gestionarlos.
- • Tomar en cuenta las diferencias en los aspectos afectivos de cada persona. Son diferentes, pueden sentir distinto.
- • Si no quieres continuar la relación, exprésalo de manera clara. No al “ghosteo”.
- • Las relaciones, aunque no sean “formales”, implican responsabilidad afectiva.
“Apostemos por una pedagogía del cuidado, el acuerdo y el cuidado ético, que nos permita tener vínculos saludables y disminuir prácticas de violencia”, finalizó.