León, Gto.- En las criptas de la Parroquia de San Miguel Arcángel “duermen” los restos de los integrantes del equipo del Barrio de San Miguel.
El día 10 de enero de 1965, amigos, porra y los deportistas abordaron el camión línea Centro Estación “51” conducido por Cecilio Ramírez Barrón para enfrentarse contra el Carta Blanca de Dolores Hidalgo, el operador perdió el control y cayó a una barranca, dejando como resultado 21 personas muertas y 18 heridos de 42 pasajeros.
La entrada a las catacumbas es por el bulevar Juan José Torres Landa, a los costados se encuentran vendedoras de flores y ofrendas para que los visitantes les lleven su ofrenda a sus seres queridos.
Como cada año familiares del equipo de fútbol llegaron desde temprano para colocarles sus racimos de flores como fue el caso de Avelino Alcantar quien fue una de los jugadores estrella pues ya probaba suerte con el Club León F.C.
LA TRAGEDIA
El primer equipo estuvo conformado por jugadores del equipo Providencia y Galvestón por “El Caperuzo”, Rogelio Manrique, Julián “El Viejo” Horta, Gonzalo Tapia, Luis Pérez, Felipe Cruz, Avelino Alcántar, Antonio Romero, José Amador Eloy Durán, Eduardo Ramírez, Rodrigo López, Apolinar Chávez, Ignacio López “El quemado”, Gabriel Cortés, José Inés Trujillo “La Madre”, Ramón “El Patas”, Luiciano Loera “El Negro”, Pedro Gutiérrez, “El Galla” Ibarra, “El Güero Zavala”, José Ramírez y Luz.
Jugaban en las canchas de fútbol “La Cartonera”, ubicada actualmente en la calle Río San Juan, Río Tamesí y Río Mezcala.
El accidente no se sabe precisamente la hora sólo los sobrevivientes indicaron que fue alrededor de las siete de la mañana del día 10 de enero de 1965 que el equipo de San Miguel jugaría contra el Carta Blanca de Dolores Hidalgo pero en el kilómetro ocho en La Valenciana sobre la carretera Guanajuato-Dolores Hidalgo, el chófer de nombre Cecilio perdió el control de este modo el camión cayó 200 metros a una barranca regando los cadáveres.
El luto llegó al Barrio porque la mayoría de los deportistas viajaban acompañados de familiares, entre los pasajeros niños; Cecilio Ramírez Barrón iba a acompañado por sus hermanos Pedro y José Luis y así varios jugadores, otros sólo pertenecían a la porra.
Se cuenta que en el Barrio de San Miguel el luto llegó a todas las familias, luego de ser veladas las víctimas en sus respectivos hogares, llegaron los cuerpos a la parroquia de San Miguel donde rindieron honores fúnebres, el señor cura Antonio Saldaña presidió la misa, posteriormente los ataúdes cargados por deportistas, familiares y amigos, fueron llevados hasta el panteón San Nicolás.
Fue el mismo padre cura quien a las familias les apoyó para que los cuerpos del equipo de fútbol fueran llevados al templo, lugar de su última morada.
Actualmente, familiares, amigos y conocidos celebran una misa cada 10 de enero en honor a las víctimas del San Miguel.