León, Gto.- La crisis económica generada por la pandemia ya alcanzó a la Iglesia Católica de León. En la reflexión que hace el arzobispo, en el editorial del Semanario Gaudium, Alfonso Cortés, afirma que la familia, la escuela y la parroquia son lugares sagrados, donde además de a oración, se necesita de apoyo económico.
“Si queremos una sociedad democrática, una sociedad justa, una sociedad educada, si queremos una sociedad donde todos vivamos como hermanos, donde todos desarrollemos con los mismos derechos necesitamos instituciones fundamentales sanas profundas y esas instituciones son la familia, la escuela y la parroquia”, afirma Cortés Contreras.
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Agrega que éstas “son el fundamento de toda sociedad de todo gobierno, de todo trabajo, el trabajo se enriquece con las buenas familias, con los buenos ciudadanos”.
Al invitar a los fieles “a que sigamos cuidando nuestra salud”, también lanzó la petición de apoyo “a sus parroquias… con su oración, con su presencia en la medida de las posibilidades y también con su ayuda incluso la ayuda económica para el sostenimiento de las necesidades evangelizadores y las necesidades ordinarias de los pastores”.
Y es que desde marzo cuando se declaró la emergencia sanitaria por Covid-19, los templos cerraron sus puertas y cientos o quizás miles de eventos religiosos fueron reprogramados para el próximo año o cancelados.
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Incluso después de que hace unas semanas se autorizó a las iglesias abrir sus puertas, tampoco ha habido bodas, quince años o algunas otras celebraciones eucarísticas, debido a que hay restricción en el número de asistentes y prohibición a adultos mayores, niños, embarazadas y personas enfermas.
En la reflexión, el arzobispo menciona que la “familia es el lugar en donde se desarrolla la vida y donde todos sentimos, experimentamos el amor de nuestros padres, de nuestros hermanos… nos da la oportunidad de formarnos en la obediencia, ese don sublime que donde veneramos aquellos que nos cuidan y que nos presiden con su autoridad”.
De la parroquia, expresa que “la escuela de la espiritualidad, de la fraternidad… donde tomamos el pan que es el Cuerpo de Cristo; el Señor que nos alimenta y que es el alimento de los viajeros, pero también en la parroquia, tenemos la experiencia de ser una comunidad de hermanos en la fe, donde se practica y se opera la caridad”.
Finalmente, de la escuela, señaló que “los padres deben participar, no solamente para lo material si no también deben tener el derecho opinar sobre la educación de sus hijos”.