León, Gto.- (OEM-Informex).- A pesar de la variedad de comida que pueda adornar la tradicional ofrenda, algo que es infaltable es sin duda el Pan de Muerto, el cual le pone más colorido al altar, que ya luce con frutas, bebidas, guisados, veladoras, papel picado, flores de cempasúchil, calaveras de azúcar y por supuesto, las fotos de nuestros difuntos.
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En su libro, “Las expresiones de la muerte en León”, de Rodolfo Herrera, cuenta que la celebración del Día de Muertos, cuenta con platillos que rinden homenaje a los seres queridos que según la tradición han trascendido a otro plano.
“En las romerías muy animadas, durante los 300 años de la Colonia, se llevaron a bendecir a las iglesias ‘las reliquias de pan y azúcar’, antecedentes de las calaveras de alfeñiques y pan de muerto, que luego se guardaban como protección anual”, refiere el texto.
Pan de muerto
De acuerdo a este documento del Archivo Histórico Municipal de León (AHML), desde que los primeros españoles se asentaron en las estancias de Valle de Señora a partir de 1546, también llegó el cultivo de trigo, y posteriormente a la fundación de la Villa de León en 1576, hubo haciendas que se educaron a producir el grano en grandes cantidades, como San Nicolás y Santa Rosa, entre otras, en las que se instalaron molinos para hacer harina.
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De acuerdo a la investigación de Rodolfo, León ha llegado a ser una de las ciudades con mayor producción de pan, pues cuenta con más de 100 variedades y todas con su respectivo nombre.
Entre las más originales destaca la figura del Sagrado Corazón de Jesús, que produce la panadería El Rosario o los panecitos en miniatura que bendicen el 10 de septiembre para la fiesta de San Nicolás Tolentino, en la capilla dedicada a este santo en el Barrio Arriba.
Para el Día de Muertos, las tiendas comerciales se encuentran el clásico pan de sabor de anís, adornado con los huesitos, pero el libro hace referencia a que algunas panaderías de León producen artesanalmente los originales volantines, los monos que son caracterizados como los niños o niñas por el betún azul o rosa.
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En la ciudad se acostumbra consumir el Pan de Muerto en estas fechas, acompañado de una bebida caliente, pero sobre todo no puede faltar en las ofrendas o en las cenas del 1 y 2 de noviembre en los que, según la tradición, vienen los seres queridos que han fallecido.
“Una de las panaderías con mayor tradición en la elaboración del Pan de Muerto es La Central, fundada en 1904 por don Jesús R. Ramírez, que se mantuvo fiel a la receta original por más de tres generaciones. Su elaboración es con huevo, canela, un poco de aguardiente fino y otro tanto de anís, mantequilla untada en la masa y sobre ella el azúcar espolvoreado”, refiere el libro del AHML.
También algunos panaderos incluyen fruta seca para adornar las piezas, pero el auténtico solo lleva azúcar espolvoreada. Los primeros panes semejaban la forma de un difunto, y ahora son redondos adornados con huesitos.
¿Qué significa el diseño del Pan de Muerto?
México es un país lleno de tradiciones, simbolismos y con ello una de las fechas más importantes tanto en costumbres como en los antojitos es el sabroso Pan de Muerto para las ofrendas del día 1 y 2 de noviembre los cuales suelen colocarse en los altares, ya que es un verdadero placer para vivos y muertos.
El Pan de Muerto en su forma, tiene un significado; el círculo hace referencia al ciclo de la vida y de la muerte por el que cada ser humano pasa, al centro del pan la “bolita” simboliza el cráneo del difunto, las tiras en cruz representan los huesos con los que estamos formados y también hacen referencia a las lágrimas de los difuntos. En algunas regiones del país, se le agrega esencia de azahar, para simbolizar el recuerdo de los difuntos.
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