León, Gto.- Hace siete años, Ricardo Gallardo y Julio César OFarrell se casaron, fue así que se convirtieron en la primera pareja de dos hombres en contraer matrimonio en el estado de Guanajuato, ahora forman una familia junto a su pequeña hija Farah quien es su razón de vivir.
Para los Ofarrell ser padres fue todo un reto, aun cuando deseaban tener una hija, no por el hecho del qué dirán sino el miedo de no ser buenos padres y todo lo que contrae tener un bebé.
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“Los primeros días de nacimiento de Farah, amigas venían a la casa ayudarnos a bañarla, nosotros no podíamos porque su piel era tan suave que se nos resbalaba, era como frotar un jabón con otro jabón y otra de las complicaciones fue el momento de alimentarla porque desde pequeña le tuvimos que dar fórmula y como siempre fue una niña muy callada y no lloraba, teníamos que despertarla para darle de comer, con el paso del tiempo y con el apoyo de familia, amigas y pediatra fuimos fortaleciendo los cuidados”, comentó Julio César.
La historia de Farah
Después de la boda, Ricardo y Julio sí pensaban tener un hijo aunque no tenían fecha para lograr su sueño, “si queríamos pero creíamos que no era nuestro tiempo todavía, pero se nos presentó la oportunidad de tener a nuestra hija, no lo dudamos, esto ha sido un parteaguas porque sin querer hemos luchado por una aceptación dentro de una sociedad; a Farah le toca batallar inconscientemente por el simple hecho de existir y tener una familia homoparental”, dijo Julio.
La madre de Julio fue la principal impulsora para que esta pareja se convirtiera en papás, “mi mamá siempre me preguntaba ¿cuándo van a tener hijos?”.
Farah nació de una inseminación artificial, los Ofarrell ganaron el título de padres gracias a “vientre de alquiler” que es una opción para las personas que buscan ser padres y no pueden, así fue como la niña llegó a este mundo.
Con diez de calificación, alegre, juguetona, estudiosa, amigable y amorosa, es como la describen sus padres. Farah Ofarrell se desenvuelve en un núcleo familiar amoroso, ella es apoyada también en el colegio.
“Cuando son los festivales en la escuela y baila Farah se dirige a los dos, también nos hace dibujos, para ella somos superhéroes, está orgulloso de ambos”, mencionó Ricardo con un nudo en la garganta.
Discriminación
No todo ha sido miel sobre hojuelas para los Ofarrell, también en su vida hubo discriminación.
Recuerdan que en el año 2014 demandaron al estado para poder casarse, luego de un año y tres meses de lucha se obtuvo el fallo a favor y contrajeron nupcias el pasado 17 de enero del 2015.
Al iniciar los trámites comenzaron a ir a dependencias gubernamentales de las cuales los llegaron a correr y les negaban información incluso les cuestionaban el porqué se casaban si eramos dos hombres.
“El día de la boda hubo muchos intereses entre políticos, nos querían anular la boda pero la orden venía desde la Suprema Corte de Justicia, por eso no nos podían cancelar”, mencionó Ricardo Gallardo.
Añadió, “lo curioso es que el día que nos casamos por el civil fueron 700 personas a poyar la unión de diversos municipios del estado, a partir de ese momento la comunidad LGTB+ nos pidió a mi esposo que nos encargamos de estar realizando las marchas de orgullo en Guanajuato con sede en León”.
Ahora la familia Ofarrell se han convertido en figura pública y son un referente a la comunidad LGTB+, su objetivo es luchar porque los diputados en el Congreso del Estado reformen a favor del matrimonio igualitario para poder modificar el Código Civil que dice que el matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer con la finalidad de procrear.
“Nuestros derechos como comunidad LGTB+ se van a ver garantizados hasta que el congreso apruebe el matrimonio igualitario”, finalizaron.