León, Guanajuato.- Si vas al jardín de San Juan en el Barrio del Coecillo, no puedes perder la oportunidad de probar alguno de los más de 30 sabores de las malteadas que atiende Rubén Velázquez.
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Por la calle San Juan, se ubica este puesto familiar que ofrece más de 30 sabores en sus malteadas como las tradicionales de vainilla, chocolate y fresa, así como de las que salen fuera de lo común como las de nutella, mazapán, Baileys y frutas (frambuesa, ciruela, zarzamora y kiwi).
Así comenzaron
Rubén trabajaba como mesero en un restaurante de la ciudad. Vive cerca del jardín, en la calle Monterrey de esa misma colonia.
“Ya tenemos trabajando aquí 31 años. Empezamos vendiendo otras cosas, vendíamos fresas congeladas, luego palomitas de microondas que llegaron a León y eran novedad en ese entonces; teníamos cuatro hornos y después comenzamos a vender malteadas”, contó.
Decidió dejar su trabajo y dedicarse de lleno a su negocio, empezó a trabajar de ceros y luego consiguió el permiso para vender diario; recordó que en esa época no había mucha gente en el lugar y la vendimia se encontraba del lado de la calle Acapulco; donde se ubica actualmente solo estaba él y un puesto de tacos en la esquina.
“Tenía un puesto chiquito. Empezamos con tres batidoras, luego con cuatro y fue creciendo el negocio, pero a partir del 2000 empecé a vender de diario y ya con malteadas, empezamos poco a poco, era un puesto que se armaba y desarmaba y después compramos nuestro carrito de acero inoxidable”.
Reconoció el apoyo de una de las vecinas que le permite guardar las cosas de su trabajo durante los 22 años que ya tiene con la venta de las malteadas y es que también durante la pandemia por Covid-19, le permitió vender ahí, pues retiraron a los comerciantes del jardín por la contingencia sanitaria.
“Nos quitaron a todos del jardín, me dieron chance de poner mi puesto en la casa donde guardo las cosas, abrí la puerta y la ventana y estaba ahí, pero se vendían dos choco miles, cinco máximo; el jardín solo, parecía pueblo fantasma, si nos fue mal”, recordó.
Incluso compartió que dio positivo a Covid-19, pues no creía en la enfermedad y andaba como si nada. Durante julio del 2020, dejó de trabajar casi el mes por su condición de salud.
El ingrediente secreto
No hay receta secreta, los ingredientes principales para ganarse la preferencia de los clientes es la atención al cliente y usar productos de calidad.
Negocio familiar
El negocio lo inició junto a su esposa, conforme fueron creciendo les ayudaba un joven y después su esposa dejó de ir para atender a los hijos en casa, desde donde le ayuda a comprar, preparar y congelar la fruta que utiliza para las malteadas.
“Luego intenté trabajar a la par en otra cosa, pero no se puede, absorbe mucho tiempo, parece que es fácil, pero se le dedica mucho tiempo a preparar las cosas y qué bueno fuera llegar a comprar la ciruela ya molida, pero todo tiene un proceso para que tengan el mejor sabor”, comentó.
La reactivación
Ahora que nuevamente ocupa su lugar en el jardín, comentó que se ve más movimiento, que hay más confianza de salir, pero que no hay que bajar la guardia.
Viernes, sábado y domingo son los días fuertes, desde las 7 hasta las 12 de la noche, y descansa los martes.
“La seguridad también ha mejorado, a veces los clientes no podían dejar sus carros en la esquina porque les faltaba una pieza, pero eso ha disminuido, la policía ha estado dando rondines más seguido, ya se calmó eso de pleitos de pandillas”, destacó.
Para probar una de sus ricas malteadas, dijo que no importa la temporada, pues hasta en diciembre es una de sus mejores temporadas por la gente que viene fuera de la ciudad, así como durante la Semana Santa y todo el verano.
“Vienen de Estados Unidos, los familiares que visitan aquí los traen a que prueben las malteadas; han venido Diego Paredes, Las perdidas y ellas nos hacen publicidad de alguna forma y luego viene la gente a conocer y probar, nos empuja a que más gente nos conozca”.
La invitación
“Los esperamos en el jardín de San Juan del Coecillo, es seguro, solo hay que buscar con calma donde estacionarse, hay estacionamientos alrededor, solo es cuestión de ubicarlos y son seguros, es un ambiente familiar, tranquilo y todo bien. Hay de todo lo que se les antoje comer”, finalizó.