Desde famosos artistas, políticos, comediantes, hasta ciudadanos de diversas nacionalidades, han disfrutado de las famosas guacamayas de León, Guanajuato.
Ese sabor picoso único y crujiente no se encuentra en cualquier lugar, se debe acudir con los vendedores que se ubican en los barrios tradicionales.
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La receta es sencilla, sólo se necesita bolillo y un duro del día, aunque el secreto está en la salsa porque el jitomate debe ser de primera, también lleva cebolla, chile de árbol, sal y un toque de limón.
Don Diego Solís Ávalos, propietario de duros y guacamayas “Don Diego”, comentó que tiene 31 años de vender este sabroso antojito, que es especial para paladares exigentes, pero eso sí, que no le teman al picante.
A su local ubicado en la calle Guillermo Prieto # 413 en el Barrio de San Juan de Dios, han llegado los futbolistas del equipo León en el año 2014, Damián Bichir, comentaristas como Raúl Orvañanos, Chabelo, Juan José Origel, La Bodoquito, entre otros.
Al sitio también han llegado clientes de todo el país y del extranjero como China, Japón, España, Estados Unidos.
Sus guacamayas son tan famosas que ha sabido que incluso las envían hasta Estados Unidos e Italia, los clientes lo compran antes de llegar al aeropuerto para que lleguen bien tanto la salsa como el duro.
“Recuerdo que unos japoneses, hasta propina nos dejaron, nos dieron $500 pesos y no lo podíamos creer”, explicó don Diego.
Entre las miles de anécdotas que tiene para compartir, comentó que durante un encuentro del equipo León contra el equipo de Guadalajara, hubo comentaristas transmitieron en vivo, desde su local y se hizo el reto para saber qué picaba más las guacamayas de León o las tortas ahogadas de Guadalajara, y ganaron las primeras.
Dulce Solís hija de don Diego también comentó que una vez, un cliente se sentó fuera del local de su papá y le pidió una guacamaya, pero la tiró a la basura, pidió otra y también la deshecho, así pasó con otras 2 guacamayas más.
“Cuando el cliente pidió la cuenta, mi papá le cobró las 4 guacamayas que había pedido y el cliente le dijo: ‘pasaste la prueba, te había hecho enojar y no me dijiste nada’, después de pagar el cliente le dejó una buena propina”.
Historia con sabor picosito
En 1964 cuando don Diego tenía 12 años había carritos que vendían guacamayas, como cuando salía de nadar en la alberca llamada “La Valenciana” en la colonia Las Floresta, donde después construyeron toboganes y ahora está una base del transporte público de las llamadas “Orugas”.
Cuando empezaba a vender duro, inició en una bicicleta y compró un triciclo en Aguascalientes y se lo mandaron por el tren. En este se movía para ir a comprar el duro y para cargar toda la mercancía que después vendía en el jardín del Barrio de San Juan de Dios. Luego de algunos años se compró la camioneta, así empezó a vender más.
Tradicional y nuevos sabores
“La guacamaya original que es la que conozco lleva puro chicharrón y salsa de jitomate con cebolla y chile. Ahorita en Guanajuato capital sabemos que le agregan huevo cocido, aquí si el cliente lo pide le podemos agregar aguacate y su limoncito”, explicó el entrevistado.
La base principal es la salsa cuyos ingredientes deben ser de primera calidad, para que cuando la gente lo come, disfrute de ese sabor único. El precio va de $20 pesos la tradicional y $25 con aguacate.
“Yo siempre he dicho que mi salsa vale en la mañana y en la tarde, pero en la noche algunas veces la regalo otras la tiro, porque ya no tiene el mismo sabor y eso no es bueno para mis clientes”.
La salsa la hacen a mano y aunque le han ofrecido máquinas, él y su familia prefieren hacerlo de manera tradicional porque eso aseguran también influye en el sabor.
El duro continúa don Diego, debe ser muy delgado y sin grasa, del día para que esté en su punto.
Para acompañar este sabroso producto, él y su familia ofrecen a los visitantes aguas de horchata con hielo y refrescos.