León, Gto.- En un lugar como León Guanajuato, donde la pasión por los residuos se convierte en una misión de vida, emerge la figura de Dolores Elizabeth Turcott Cervantes, una ingeniera en ecología con 17 años de dedicación a la gestión de residuos y directora de tratamiento y disposición de residuos del sistema integral de aseo público del municipio de León. Conocida cariñosamente como la "Basuróloga", su compromiso incansable con la gestión responsable de los residuos ha llevado a León a convertirse en un referente en esta materia.
Su trayectoria académica y profesional es testimonio de su dedicación. Elizabeth Turcott se formó en Chihuahua, donde obtuvo su título en ingeniería en ecología. Posteriormente, buscó ampliar su conocimiento en ciencia y tecnología ambiental en España, donde obtuvo una maestría. Su búsqueda incansable de conocimiento la llevó incluso a Japón, donde realizó colaboraciones en el ámbito de los residuos.
Pero su pasión no se limita a la adquisición de conocimientos. Elizabeth es una activista incansable en la concientización sobre la importancia de la gestión adecuada de los residuos. Como ella misma afirma, "siempre hay algo nuevo que hacer" en este campo. No se trata solo de eliminar los residuos, sino de hacerlo de manera responsable, sostenible y cumpliendo con las regulaciones ambientales vigentes.
Uno de los logros más destacados de Elizabeth Turcott es su contribución para que el municipio de León se convierta en un punto verde en el mapa de la gestión de residuos de México. En un país con 2,475 municipios, sólo seis generan energía eléctrica a partir de la gestión de residuos, y León es uno de ellos. Este logro es un testimonio de su dedicación y visión de un futuro más sostenible.
La "Basuróloga" también destaca la importancia de comprender la complejidad de la disposición final de residuos. No todos los sitios de disposición final son iguales, y Elizabeth enfatiza la necesidad de no llamar a todo "relleno sanitario". Un relleno sanitario es una obra de ingeniería que debe planificarse y operarse de manera meticulosa. No se trata simplemente de un hoyo donde se tira basura, como a menudo se percibe erróneamente.
Uno de los desafíos que enfrenta Elizabeth Turcott es la recuperación y saneamiento de antiguos basureros. En León, se están llevando a cabo esfuerzos significativos para transformar estos sitios en parques metropolitanos. Sin embargo, reconvertir un antiguo basurero en un espacio seguro y agradable implica un desafío de ingeniería considerable, ya que es necesario abordar la contaminación y los problemas ambientales que se han acumulado a lo largo de los años, como es el caso del nuevo parque metropolitano “La Reserva”.
Otro punto crítico que Elizabeth resalta es la necesidad de evitar la ligereza en la gestión de residuos. No se puede simplemente abandonar un sitio de disposición final lleno y abrir uno nuevo sin considerar las implicaciones ambientales y económicas. Corregir errores en la gestión de residuos puede ser costoso y complejo, y esto debe ser una consideración fundamental para todos los municipios.
Elizabeth Turcott no solo es una experta en la materia, sino también una apasionada defensora del medio ambiente. Pertenece a diversas redes y asociaciones en México y en todo el mundo relacionadas con la gestión de residuos, lo que le ha permitido aprender, colaborar y compartir sus experiencias con diferentes países. Ha llevado su conocimiento y pasión a lugares tan diversos como Chile, España, Austria, Estados Unidos y Japón.
En este último panel, Elizabeth compartió su experiencia y perspectiva sobre los desafíos y oportunidades en la disposición final de residuos en los municipios. Destacó la importancia de tomar la responsabilidad de los basureros existentes y cumplir con la normativa ambiental vigente. También enfatizó que la gestión de residuos es una tarea compleja que no debe tomarse a la ligera, y que la operación de un sitio de disposición final implica una serie de pasos de ingeniería que deben seguirse meticulosamente.
En resumen, Dolores Elizabeth Turcott Cervantes, la "basuróloga" apasionada, es un ejemplo inspirador de cómo la dedicación, el conocimiento y la pasión pueden transformar la gestión de residuos en un municipio y contribuir a un futuro más sostenible. Su compromiso con la gestión responsable de los residuos y su visión de un México más limpio y verde son ejemplos que merecen ser reconocidos y seguidos en todo el país.