León, Gto.- El llamado “secreto familiar”, así conocido el abuso y la violación sexual contra menores de edad, es un delito que se vive en espacios privados, así lo explicó
Juan Martín Pérez, coordinador de Tejiendo Redes Infancias en América Latina y el Caribe; En Guanajuato, del 15 de enero del 2015 al 31 de marzo del 2024, se acumulan un total de 10 mil 810 carpetas de investigación en la Fiscalía General del Estado.
De acuerdo con información solicitada por Organización Editorial Mexicana (OEM), de este número de investigaciones, siete mil 613 son por abusos sexuales contra niñas, niños y adolescentes, de las cuales cinco mil 786 fueron determinadas ministerialmente y mil 827 se encuentran con una investigación inicial.
Sin embargo, Juan Martín Pérez comentó que existe una cifra negra de personas que no denuncian por diferentes factores, pues en la mayoría de los casos los abusadores o violadores son familiares de la víctima, pero dijo que no por eso cambia la realidad.
“Es un delito que sucede en espacios privados y lamentablemente la mayor parte de los casos quedan en lo que llamamos el secreto familiar, no se denuncia porque el agresor casi siempre hombre, un 100%, ya sean los padres, abuelos, tíos o hermanos y suelen tener como característica ser proveedores, esto obviamente coloca a las dinámicas familiares en una situación crítica porque dependen de éste proveedores para el día a día”, dijo.
En lo que corresponde a las investigaciones por violación sexual contra las infancias en Guanajuato, en el mismo periodo dos mil 71 tuvieron una determinación ministerial y mil 126 se encuentran en fase de investigación inicial.
De estas, 84.20% de las víctimas son mujeres, 13.1% hombres y 2.63% sin datos, principalmente entre los 13 y 16 años de edad.
El coordinador de Tejiendo Redes Infancias en América Latina y el Caribe explicó que la sexual es la expresión más cruda de otras formas de violencias que está en el entorno de las niñas, niños y adolescentes.
“Culturalmente, a los niños y niñas se les educa a obedecer el mundo adulto, las personas adultas no le creen a los niños y niñas y suelen justificar estas denuncias que hacen niños y niñas como mentiras, exageraciones o malas interpretaciones porque no hay diferencia de que los niñas o niñas sean considerados objetos de propiedad y se obliga a ser tratados como objetos de deseo sexual entonces es tan importante cambiar este patrón cultural que atraviesan niños y niñas”, agregó.
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Para evitarlo, el coordinador de Tejiendo Redes Infancias en América Latina y el Caribe informó que es necesario cambiar aspectos culturales y creerle a las y los menores ante cualquier tipo de denuncia, pero sobre todo no usar golpes contra ellos y enseñarles autonomía sobre su cuerpo y que sepan que cualquier decisión sobre él es sólo de ellos.
“Pensar que a un niño o lo que llaman la nalgada a tiempo, no hay una forma de violencia que educa y todas las violencias hacen daño y necesitamos cambiar ese tema. Necesitamos también reconocer a niños y niñas como sujeto de derecho, como personas plenas y esto se traduce no solamente en un cambio sino también avanzar hacia una crianza positiva, respetuosa, que permitiría que niños y niñas sean tratados con respeto y sean escuchados”.