Los desequilibrios que la Covid-19 causa en los diferentes ámbitos de la vida, ha provocado que parte de la población adulta padece insomnio y se enfrente a situaciones de riesgo incluso para la propia vida.
La pandemia produjo cambios en muchos aspectos, por ejemplo de economía, salud, familia, horarios, rutinas, entre otras cosas, explicó la psicóloga Reyna Patricia González Lucio.
Debido a esto, se modificaron temas como el sexual, la relación con los hijos, la forma de trabajar y otros aspectos, lo que ha generado estrés.
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“Hay presiones desde el trabajo, la escuela, en casa y la realidad es que no podemos hacer más, por esa razón es necesario retomar la alimentación sana y hacer ejercicio”.
En la pandemia, las personas se volvieron multitask (multitareas), lo que desequilibró aún más la estabilidad que se tenía, por ejemplo si se hacían 3 actividades, ahora se hacen 20.
No conforme con esto, hubo menor contacto, “y como seres humanos necesitamos del ser humano para regularlos, para tener tranquilidad y ocupamos los momentos de comunicación y convivencia como por ejemplo ir al café, jugar futbol, conversar”, recalcó la especialista.
Comentó que ahora, las personas gastan más energía en hacer las actividades y una de las más afectadas ha sido la mujer, sobre todo porque porque los hijos están todo el día en casa.
Para el hombre también ha sido difícil, sobre todo por la preocupación por la reducción de horarios de trabajo y finalmente por la falta de empleo.
“Necesitamos aprender a no elevar las expectativas propias para relajarnos y descansar porque si no dormimos, las consecuencias van directamente a nuestro sistema nervioso y podemos desestabilizarnos al grado de provocar accidentes que pueden ocurrir en la cocina, el automóvil o incluso en la toma de decisiones”.
En ambos casos la angustia se incrementó, porque aparentemente no se terminan las labores y no hacen lo mismo que antes. Hay personas que por ejemplo, se sienten presionadas y tristes porque no hacen las mismas ventas o porque no terminan sus labores domésticas tan rápido, pero es normal porque eso mismo le pasa a la mayoría de la población.
Explicó que desde la mitad de la pandemia, hasta la fecha, ha habido una evolución y la gente poco a poco se ha relajado, aunque no en todos los casos porque si la falta de sueño continúa, es necesario visitar un doctor, un psicólogo o un psiquiatra para verificar qué tan grave es el problema y evitar la automedicación.
“Es necesario aceptar que todo es un proceso y ya se vivieron momentos muy fuertes y en este momento comienza el combate real con la vacuna”, finalizó.