Con el nombre de San Charbel en sus negocios como papelerías o incluso hasta en un asilo para ancianos, así es como los leoneses conmemoran la memoria y santidad del santo que de acuerdo a la iglesia católica es uno de los preferidos de los feligreses.
Cabe destacar que, de acuerdo a la iglesia católica, San Charbel fue el primer santo oriental canonizado desde el siglo XVIII.
Nació el 8 de mayo de 1828 y debido a su disciplina su devoción se extendió en el Líbano, de donde es originario, pero también llegó a los países de América en especial México, donde es venerado con mucho fervor.
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Un poco de su historia dice que creció con el ejemplo de sus tíos, ambos ermitaños y fue a los 23 años cuando dejó su casa en secreto y entró al monasterio.
Fue beatificado por el Papa Pablo VI el 5 de diciembre de 1965, durante la clausura del Concilio Vaticano II. Mientras que su canonización se realizó el 9 de octubre de 1977 durante el Sínodo Mundial de Obispos.
Hoy cada 24 de julio se le recuerde en los corazones de los fieles católicos quienes encarecidamente le rezan y le encomiendan muchas de las mandas para que se cumplan sus deseos familiares.
El Padre Charbel fue un monje ejemplar dedicado a la oración, apostolado y la lectura espiritual.
Los listones
La forma de solicitar la intercesión de San Charbel es un poco distinta de como ocurre con otros Santos. A San Chárbel hay que escribirle la petición en un listón de cualquier color (menos negro o blanco) para que no se le “olvide” interceder ante Dios por la necesidad.
Dicho listón tiene un uso doble: Primero, como petición; apuntando nuestra necesidad en un listón de algún color y segundo; como gratitud ya que después de recibir las bendiciones de Dios le agradecemos a nuestro intercesor con otro listón preferentemente de color blanco.