El Día de Cristo Rey, también conocido como la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, es una festividad cristiana que marca el final del año litúrgico en el calendario cristiano. Se estableció en 1925 por el Papa Pío XI con la encíclica Quas Primas. La fecha de celebración es el último domingo antes del Adviento, lo que generalmente lo coloca a finales de noviembre.
La festividad tiene como objetivo proclamar la soberanía universal de Jesucristo sobre todas las cosas. Se enfoca en la idea de que Cristo es el Rey del universo, no solo en un sentido espiritual, sino también en la realidad cotidiana de la vida de los creyentes.
Durante esta celebración, se destacan conceptos como la autoridad, el servicio y la esperanza en la segunda venida de Cristo. Es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de reconocer a Jesucristo como el centro y el Rey de nuestras vidas.
Las liturgias de este día suelen incluir lecturas bíblicas que resaltan la realeza de Cristo, como el pasaje del Evangelio donde Pilato interroga a Jesús sobre si es el rey de los judíos (Juan 18:33-37). La celebración de Cristo Rey es significativa en diversas denominaciones cristianas, incluyendo la Iglesia Católica y algunas denominaciones protestantes.
En lo alto del Cerro del Cubilete, en las majestuosas tierras de Silao, Guanajuato, se encuentra el imponente Monumento a Cristo Rey, una estructura que trasciende el tiempo como testigo de la fe y la historia de México.
Construido en la década de 1920, este monumento se erige como un recordatorio de la Guerra Cristera, un periodo tumultuoso durante el cual los católicos defendieron su libertad religiosa frente a las leyes anticlericales impuestas por el gobierno de Plutarco Elías Calles. La estatua, diseñada por D. Francisco Zanoguera, representa a Cristo con los brazos abiertos, simbolizando su realeza y amor redentor.
La historia del Monumento a Cristo Rey está entrelazada con episodios de interrupciones en su construcción, reflejando las tensiones políticas y sociales de la época. Finalmente, en 1950, esta obra maestra arquitectónica fue inaugurada, convirtiéndose en un faro de esperanza y símbolo de la resistencia pacífica de los católicos mexicanos.
Cada año, durante la Fiesta de Cristo Rey, el monumento se convierte en el punto de reunión de celebraciones religiosas y festividades que atraen a miles de peregrinos y visitantes. La vista panorámica desde la cima ofrece una experiencia única, fusionando la espiritualidad con la belleza natural de Guanajuato.