Después de ser sometida en el Hospital General de León (HGL) durante 4 meses de tratamiento y de haber recibido 7 quimioterapias exitosas, Hortensia Soria Martínez de 53 años de edad, madre de dos hijos de 31 y 30 años, sobrevive al cáncer de colon.
Aún recuerda el tiempo en el que fue desahuciada por una institución hospitalaria de Alta Especialidad en el Bajío y enviada a casa a vivir los últimos días, al considerar ya no era posible ayudarla con otra quimioterapia porque ya estaba invadida de cáncer en el colon, pulmón e hígado.
La mujer originaria de Guanajuato capital, dijo que “nunca debemos de reprocharle a Dios esto, así es la vida, lo que a mí no me gustó fue la forma como me trataron, el juego que hicieron con mi cáncer, experimentaron para ver, me preocupan mucho a cuanta gente no han mandado a morir a su casa”.
“En el de Alta Especialidad nunca me mandaron hacer una biopsia, nunca algo como lo que me están haciendo aquí en el Hospital de León, donde me diseñaron una quimioterapia, me negaron medicinas, porque mi lucha comenzó desde un principio, yo llegué en la transición del seguro popular al INSABI, tuvimos que comprar medicamento”, añadió.
A su ingreso en el HGL Hortensia, llegó con su cuerpo invadido de cáncer, sin poder caminar, con una baja de peso extremo, con un indicador de cáncer de 260 puntos porcentuales; en este momento Hortensia se ubica en 117 puntos, con 7 quimioterapias exitosas en 4 meses de tratamiento.
El tratamiento fue ordenado por Daniel Díaz Martínez, titular de la Secretaría de Salud de Guanajuato, quien al tener conocimiento de este caso en el mes de noviembre del 2021, se puso en contacto directo con la paciente para que fuera atendida y ahí cambió su historia.
La paciente interpuso una demanda ante la Fiscalía General de la República a la Secretaría de Salud Federal y dos amparos ante un Juez Federal para que le dotaran de medicamento en el Hospital de Alta Especialidad que solo le brindó 10 quimios en 2 años, procesos legales que continúan su curso.
Hoy Hortensia sonríe a la vida con una nueva esperanza de superar esta enfermedad, ha recuperado peso, se puede valer por sí misma, ya puede manejar, le da hambre y puede bailar y aunque tuvo que dejar la financiera en la que trabajaba, ha valido la pena todo.
“Si no fuera por las quimioterapias que recibo aquí, es como si no tuviera nada, no tengo síntomas”, fue el mensaje de esperanza que envió a la población, asegurando que existe una institución que le da un valor agregado a sus pacientes y es el Hospital General de León.