Durante la presentación de la tercera edición de la publicación “La Desaparición Forzada en México: una mirada desde los organismos del Sistema de Naciones Unidas”, una familiar de un desaparecido externó su testimonio de búsqueda durante estos 10 meses.
Viridiana Núñez Ramírez, hermana del empresario de suelas de Calzado, Pablo Efraín, mejor conocido como “Pablito”, fue visto por última vez el pasado jueves 21 de octubre de 2021 en el municipio de Purísima del Rincón, Guanajuato, rumbo a San Diego de Alejandría, Jalisco.
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Ella contó en el auditorio universitario que en el año 2019 se levantó para irse a trabajar cuando prendió la televisión y vio una protesta de familiares de personas desaparecidas que exigían sus derechos en las oficinas de la Fiscalía General del Estado.
“Me llamó la atención y pensé: qué situación tan más preocupante pero nunca me imaginé que yo estaría en sus zapatos, jamás creí que esto podría sucedernos, nunca me visualicé como una buscadora exigiendo los derechos de Pablo y mi familia, haciendo marchas, bloqueando avenidas y pegando las fichas de búsqueda”, dijo Viridiana.
La buscadora compartió que también pasó corajes porque no habían pasado ni 24 horas cuando ya habían arrancado esas fichas.
“He tratado de convencer a más familias de que se unan a nuestra causa, nosotros somos de los Pueblos del Rincón y anteriormente en esta ciudad no se hablaba mucho de las desapariciones, allá no existen colectivos y nos hemos unido a los que se mueven en la ciudad de León”, explicó la mujer sobre su experiencia al contactar a otros grupos de búsqueda.
Señaló que tras la desaparición de su hermano, su vida, meta y objetivos tuvieron un cambio de 180 grados desde hace un año, al grado que ya no han sido los mismos, pues han dejado empleos, desatendido a sus familias e incluso han tenido que acudir a visitar al psiquiatra.
“Pablo acaba de cumplir el domingo 10 meses de desaparecido. El 21 de octubre del año pasado lo vimos por última vez cuando salió en su coche y estaba en un restaurante de mariscos. Minutos después su teléfono es desconectado, durante toda esa tarde estuvimos insistiendo en contactarnos con él”, contó Viridiana.
Detalló que al día siguiente presentaron la denuncia en la Fiscalía pero que no hubo avances hasta tiempo después que la investigación tuvo una problemática debido a que tendría que ser investigado en Jalisco, dado que ahí fue la última vez que fue visto, por lo que fueron a Guadalajara para asentar una nueva querella.
Detalló que Pablo había sido amenazado y que incluso extorsionado, e incluso la familia solicitó protección a las autoridades pero en su momento no tuvieron la atención merecida.
“Se organizó la primera marcha en los Pueblos del Rincón por una persona desaparecida, después bloqueamos una de las avenidas, el ecobulevar y no tuvimos muy buena respuesta por parte de la sociedad y de las autoridades, pero yo me pregunto: ¿ustedes qué serían capaces de hacer por un hermano, hijo, hija, papá, mamá desaparecido?”, dijo.
Indicó que gracias a ello lograron tener un poco más de apoyo con las autoridades ya que lograron llegar a ciertos acuerdos de los cuales no se cumplieron, ya que su hermano ha sido estigmatizado y por tanto pusieron una queja en Derechos Humanos el pasado 19 de noviembre con el fin de obtener mayor respuesta.
Fue el 1 de diciembre cuando la FGE notificó que la investigación sería turnada a Jalisco porque el vehículo se visualiza en aquel estado y por tanto en Guanajuato no había nada qué investigar, lo que complicaría las labores a la familia.
Gracias a una tutela interpuesta con un juez, la carpeta se quedó en la entidad, pero fue hasta el 23 de diciembre cuando comenzaron nuevamente las actividades de búsqueda e investigación.
“Cuando vemos ya esta problemática no sabíamos qué puertas tocar, a dónde acudir, no conocemos leyes porque quién va pensar que un día las vamos a necesitar, sin embargo se acercó con nosotros la Plataforma por la Paz y la Justicia Guanajuato y nos extendió su apoyo y nos habló sobre las acciones urgentes y cómo se llevaban a cabo ese mecanismo”.
Fue el 26 de enero cuando lo ingresaron y el 15 de febrero tuvieron respuesta ya que tuvieron una reunión con ambas fiscalías el pasado 18 de abril donde se hicieron acuerdos.
“Yo recibí una llamada anónima donde me dijeron que el cuerpo de Pablo podría estar en el municipio de La Barca, Jalisco, pero para nosotros era imposible entrar porque ese lugar hace años se encontró una fosa clandestina con muchísimos cuerpos y es zona de reclutamiento y demás”, dijo Viridiana.
Por jurisdicción, la FGE de Guanajuato no podía ingresar, por lo que fue la fiscalía jalisciense la que intervino luego de meses de planeación y a principios de julio ingresaron.
“Desafortunadamente o afortunadamente para nosotros no encontramos a Pablo. A la fecha seguimos buscando y continuamos trabajando con el comité, con la coordinación de ambas fiscalías y las comisiones de búsqueda”, finalizó Viridiana.
Por último reflexionó que nadie está exento a vivir este tipo de situaciones y que las familias pasan por momentos de mucho dolor y que dejan sus días para dedicarse a buscar a sus desaparecidos.