IRAPUATO, Gto. (OEM-Informex).- Hasta antes de la puesta en marcha del Plan DN-III-E, que recién acaba de cumplir 57 años de su creación y 56 de su puesta en marcha, en Guanajuato el Ejército Mexicano ya había apoyado en la contención de un desastre natural y fue en una inundación que afectó a Irapuato y a una parte de Salamanca.
Hafid Abisue Otero Peral, Capitán Segundo del Arma Blindada perteneciente al Octavo Regimiento de Reconocimiento, explicó en entrevista que el Plan DN-III-E tiene su antecedente más cercano en ese apoyo que el Ejército Mexicano, compuesto en ese entonces por una gran parte de personal que había sido revolucionario, brindó en 1923 para atender una inundación ocurrida en Irapuato y que según los documentos históricos también causó afectaciones en Salamanca.
No obstante, aseguró que la permanencia del Plan DN-III-E significa no sólo que ha sido efectivo y se ha acoplado al paso del tiempo, sino que hoy es el instrumento de rescate que la sociedad mexicana está segura que puede tener.
Hafid Abisue Otero Peral explicó que esto ha valido para que otros países no sólo hayan solicitado apoyo del Ejército Mexicano y su Plan DN-III-E, sino que incluso lo han adoptado para implementarlo en su territorio.
“Además del Plan DN-III-E que se desarrolla en México, las Fuerzas Armadas hemos apoyado a países extranjeros, en este caso se le llama Ayuda Humanitaria y estos países han sido Nicaragua, Honduras, Bolivia, Haití, inclusive Estados Unidos ha pedido la ayuda humanitaria y obviamente estos países hermanos se han visto agradecidos con el apoyo que les hemos brindado, han tomado como muestra y como ejemplo este Plan DN-III-E que tenemos el Ejército Mexicano, la Armada de México, para implementarlos ellos en su país”.
Ayudar, una satisfacción
Para Hafid Abisue Otero Peral, la mejor recompensa viene cuando una persona que estuvo en riesgo fue rescatada agradece o bien sus familiares lo hacen y en ello radica el espíritu de servicio de este plan que cumple más de medio siglo de vigencia.
“Es muy triste, es una situación muy triste el recuperar a un cuerpo sin vida, pero al mismo tiempo a veces da satisfacción, porque cuando por ejemplo recuperamos un cuerpo sin vida, hay una persona que te de las gracias, porque cuando menos tienen el cuerpo ya sin vida de su familiar y te lo agradecen infinitamente; cuando llevas una despensa a una persona y llora y tú ves esa alegría de que les llevas el alimento te abrazan, te agradecen, es una satisfacción inolvidable y lejos del sacrificio que llevamos nosotros, lejos de arriesgar la vida, no tenemos más que la fortuna y la satisfacción de que las personas estén bien en esos momentos”.
Los integrantes del Plan DN-III-E prácticamente son todos los militares adscritos al Ejército Mexicano, pues cada quien desde su área puede hacer aportaciones para lograr el rescate de personas afectadas por alguna cuestión ligada a fenómenos naturales, pues lo mismo aporta el personal médico que el de tecnologías, manejo de vehículos, adiestrador de binomios canófilos, es decir, cada quien pone su granito de arena para ayudar.
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En los sismos de 1985 y de 2017, el Ejército Mexicano y su Plan DN-III-E ayudaron a rescatar personas con vida y sin vida en éstos que han sido los sismos más fuertes ocurridos en la historia del país.