León, Gto.- Hasta tres días tardan funerarios en entregar cenizas a familiares de personas fallecidas por Covid-19. Con la carga de trabajo y por las condiciones de la pandemia algunos de ellos solicitan antes de recoger un cuerpo, una evidencia en fotografía del certificado médico para saber que trato dar al servicio solicitado.
En algunos casos las casas funerarias han decidido solo atender casos de fallecimiento de personas de causa natural, para no exponer a sus trabajadores y a las familias de ellos, aseguraron.
Entrevistada por El Sol de León, María de los Dolores Garma Navarrete, directora general de servicios funerarios Tepeyac, dijo que debido a la carga de trabajo propiciada el elevado caso de fallecimiento de personas que contrajeron Covid-19, la demanda de servicios se ha disparado tres a uno en el tema de cremación e inhumación.
HORNOS SATURADOS
La empresaria leonesa reconoció que en la actualidad la entrega de las cenizas de una persona cremada llegan a tardar desde las 48 a las 72 horas, cuando en comparación al año 2019 la espera era de solo 4 horas. Hoy día los hornos crematorios de la ciudad permanecen saturados con una larga lista de espera, pese a la inconformidad de clientes.
Además debemos de sumar los casos procedentes de municipios como Silao, San Francisco y Purísima del Rincón entre otros que son atendidos por los cinco empresas encargadas del servicio, en algunos casos hablamos que ellas tienen solo un horno que no puede operar de manera continua pues requiere de mantenimiento o de aquellos que son de cerámica que requieren de un uso diferente”, comentó Dolores Garma.
“Entendemos la molestia de algunas personas, pero tenemos que hacer fila y esperar turno para poder entregar las cenizas del ser amado que ya no está con nosotros. Este debe de ser un llamado a las personas a cuidarse y cumplir con las recomendaciones del sector salud para evitar contagiarse o propagar contagios”.
EVIDENCIA FOTOGRÁFICA
Para Lolita como es mejor conocida en el negocio del servicio funerario, como prestadores de servicio funerarios, “permanecemos en continuo riesgo en comparación a la población en general, al enfrentar casos de cuerpos de quienes por desgraciada resultaron contagiados de Coronavirus y fallecieron”.
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“En el mayor número de los casos, los ciudadanos pretenden ocultar la realidad a fin de poder velar a sus familiares en casa e incluso en algunas salas velatorias, pasando por alto el peligro que representa para quienes acuden”.
“En nuestro caso como en otras empresas, pedimos a quienes requieren de nuestro servicio pedimos una evidencia en fotografía del certificado médico que indique la causa del deceso de la persona, es por medio de este requisito que decidimos el trato a dar”.
“Los trabajadores saben que de notar algo que indique que el cuerpo a atender falleció por Covid-19 y no fue manifestado por quien contrató el servicio, tienen que retirarse y no dar el servicio. En caso de ser notificados acuden con el equipo necesario para evitar un posible contagio y evitar que el virus llegue a la empresas o peor aún llegue a la casa y a las familias de nuestra gente”.
INCREMENTAN INSUMOS
Por otro lado se informó que desde el pasado mes de marzo del 2020 a la fecha los insumos para la protección de los trabajadores de este sector, han incrementado su precio hasta 100 por ciento, lo que incrementa el valor de los servicios funerarios.
Un traje, inicialmente su valor era de 100 pesos, para el mes de julio alcanzó 150 y hoy se cotiza en 200.
Los ataúdes de madera y de metal para la inhumación de personas que cuyo deceso fue por causas naturales han incrementado y los gastos se reflejan en los costos del servicio que se proporciona a la población, y en casos a previsión sólo se cumple con una pequeña diferencia a fin de no lesionar el bolsillo de los deudos, pero todo depende de la empre.
ATAÚD DE MADERA
Debido a las normas de sanidad, en los casos de fallecimiento por Covid-19, las personas son colocadas en ataúd de cartón, en una bolsa mortuoria que evita que las secreciones del cuerpo se expongan al medio ambiente y además son emplayados.
Estos cambios han molestado algunos familiares al pretender contar con uno de madera o de metal.
“Poco a poco, queramos o no, estamos adoptando nuevas formas de vida y de costumbres, pero estas nos deben de llevar a evitar más contagios y salir a la calle de no ser necesario y de hacerlo solo una persona, además de evitar fiestas, nosotros enfrentamos a diario la muerte pero ante la pandemia el escenario impuesto es muy triste, doloroso y propicia un fuerte costo monetario a las personas, a la sociedad y al país, concluyó.