León Gto.- Uno de los stands que año con año llama la atención de chicos y grandes, es el de la panadería San Sebastián, el cual destaca por su diseño que deja a la vista la preparación de cada pan.
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Con las manos llenas de harina y masa, al frente se encuentra Manolo Becerra, quien contó para el Sol de León que en esta edición ya cumplen 40 años consecutivos realizando uno de los mejores panes que hay, donde revela la dificultad y el proceso a seguir ante la vista de los visitantes.
"No es muy difícil, es como cualquier oficio. Pero para hacer pan hay que aprender, es una formación gradual, primero ayudante de panadero y luego ya te haces panadero, pero el conocimiento corresponde a muchos años de experiencia", explicó Manolo Becerra.
Él decidió dedicarse a la panadería por influencias de su familia paterna, quien crío a varias generaciones de panaderos.
"Todo esto fue por parte de mi familia paterna todos somos panaderos, somos la cuarta generación de panaderos y abajo de mi viene otra generación sí, mis hijas que vienen apuntando y además mis sobrinos también son panaderos. Somos una familia que a parte de tener otras actividades todos se dedicaron a la panadería. Es un oficio muy noble", mencionó.
En su stand todo se vende, sin embargo lo primero en acabarse son las empanadas seguido de las conchas, pan con pasitas, nuez y acitrón, el panqué de pasas y de nuez.
Tan solo para realizar las empanadas tan solicitadas, tardan cerca de dos horas desde la preparación, el empastado de la pasta, la hechura, aunado a la demás variedad que ofrece, es necesario llegar desde las 8 de la mañana, para que a las 10 que la Feria abra sus puertas, los visitantes se encuentren con una pieza de pan recién hecho.
"Ahorita ya se está desarrollando la feria ya como normal, la gente está muy animosa y nos falta producción la verdad. Nos rebasa la demanda, lo que pasa es que ya no tenemos tiempo para hacer más pan, más producción", dijo Manolo Becerra.
También señaló que diariamente traen pan desde Guanajuato y San Miguel de Allende todos los días para ofrecerlo en la Feria.
También recordó que es muy satisfactorio que mucha gente lo busca en la Feria de León, ya que esto demuestra que su trabajo es recompensado por los clientes.
"La gente me conoce y somos unos de los expositores que más busca la gente, como la señora Lulú que trae el pan de soya, también las gorditas michoacanas, huarachin y huarachon, somos expositores que hemos tenido el prestigio y la gente nos acepta", recordó.
"La panadería abriga muchas tradiciones, por ejemplo, cuando uno entra de niños ya no hay "el chamaco", que le llaman en las zapaterías les llaman "la zorrita", en la panadería de llama "el chamaco". Pero no cualquiera puede ser chamaco, que quiere decir el ayudante, que el maestro esté dispuesto a enseñarle, no a todos. Pero cuando lo enseñan luego llega 'el bautizo', esa es una de las tradiciones de la panadería. Le hacen una ceremonia, lo bautizan, le ponen agua, le ponen cosas y le ponen su sobrenombre, por eso en la panadería todos se conocen por el apodo como el tomates, el blanca, el pingüino, el negro, el oso, el charolas, el jujuy, etc.
Casi todos los panaderos tienen un apodo, un sobrenombre. A mí me dicen el Viena, porque soy el bien hecho, el viene surtidito y el bien preparadito", agregó el panadero.
Con panes desde los 15 pesos, hasta los 45 pesos, cada día, los seis empleados que se encuentran en el stand, disfrutan del arte y la realización de cada pieza.