En el Foro de Justicia y Reconstrucción del Tejido Social, celebrado en la Universidad Iberoamericana León, diversos expertos abordaron la importancia de fortalecer el tejido social para mejorar la calidad de vida de la comunidad.

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El tejido social se compone de un grupo de personas que se unen para satisfacer necesidades humanas fundamentales y superiores, como alimentación, salud, educación, seguridad social, cultura, deporte, servicios públicos y transporte, entre otros aspectos que contribuyen a una mejor calidad de vida.

La ruptura del tejido social se refiere a la pérdida de la sensación de seguridad en la comunidad y a la falta de relaciones y acuerdos que solían existir para mantener esa red social.

Según se discutió en el foro, la seguridad ciudadana, tanto personal como comunitaria, y la seguridad humana en aspectos económicos, alimentarios, sanitarios y políticos, se identificaron como factores que contribuyen a la ruptura del tejido social.

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En palabras de Jaime Rochín, uno de los ponentes, la masculinidad tóxica y el énfasis en la adquisición excesiva de bienes materiales son dañinos para la construcción de una sociedad justa.

Rochín señaló que la masculinidad tóxica genera una falsa superioridad mental y física en los hombres, obstaculizando la búsqueda de nuevos caminos para el diálogo y la construcción de una sociedad más equitativa.

La falta de respeto y el incumplimiento impune de las normas de convivencia ciudadana, así como el fácil irrespeto y incumplimiento de las leyes, también debilitan el tejido social.

Diversos factores, como bajos salarios, desigualdad, inseguridad, falta de oportunidades y desarrollo, y un sistema de salud deficiente, se han identificado como causas de la ruptura del tejido social.

En el foro, Jaime Rochín subrayó la importancia de capacitar a las autoridades de seguridad pública en derechos humanos y señaló la falta de conocimiento como un aspecto crucial que debe abordarse.

Respecto a las estrategias para reconstruir el tejido social y mejorar el sistema de justicia en Guanajuato, se planteó la necesidad de revisar la ley de víctimas, especialmente en casos de personas desaparecidas, para brindarles acceso a la justicia y la posibilidad de construir un proyecto de vida.

Jaime Rochín también hizo hincapié en que la tortura y la confesión forzada han sido los métodos más utilizados para obtener declaraciones, y señaló la abrumadora carga de trabajo de las fiscalías, que dificulta el procesamiento efectivo de delitos.

Los académicos desempeñan un papel fundamental en el análisis y comprensión de este fenómeno, así como en la implementación de medidas para abordarlo.

Fabrizio Lorusso, otro de los ponentes, destacó la importancia de los movimientos organizados y la creación de condiciones dignas como acciones cotidianas para fortalecer el tejido social.

El Foro de Justicia y Reconstrucción del Tejido Social en la Universidad Iberoamericana León se convirtió en un espacio de reflexión y propuestas para impulsar la reconstrucción del tejido social y mejorar el sistema de justicia en Guanajuato.