Manuel Anguiano inició como chófer a más de 30 años, para él ser chofer de la ruta A-86 le ha dejado grandes satisfacciones como conocer a María Torres: el amor de su vida, su familia y formar su hogar.
Platicó que tenía 17 años cuando empezó a manejar un camión del transporte público, actualmente opera el vehículo con número económico 1772 que va (Col. Hilamas-Terminal Timoteo Lozano) tiene 51 paradas desde el bulevar Mariano Escobedo - Lomas De Las Hilamas hasta Terminal Timoteo.
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Conoce al amor de su vida
“Una de las mejores experiencia en mi vida como chofer es que conocí al amor de mi vida, mi esposa, dejaba a unos usuarios en San Juan Bosco, siempre tomaba el Adolfo López Mateos porque yo vivía en San Nicolás para incorporarme al Malecón del Río hasta la Hernández Álvarez y ese día no sé qué me pasó, eran las diez y media de la noche y yo subí a pasaje en el López Mateos y Aquiles Serdán y vi una señorita muy hermosa que estaba esperando el camión, un hombre en bicicleta estaba molestando, llegué y me paré y le dije vámonos, el tipo se fue y esa fue la manera en que conocí a mi esposa”, comentó.
Aunque su trabajo es su pasión menciona que de los momentos más angustiantes es lidiar con el tráfico y cuando las personas molestas lo agreden por la tardanza y desconocen que hay otros factores que influyen en su itinerario.
“La problemática es que la gente dice que tardamos mucho en pasar, desgraciadamente las personas no nos comprenden, piensa que tenemos la culpa nosotros, entonces hay conflictos, sin embargo yo trato de dar un buen servicio”, comentó Manuel.
Mencionó que se levanta desde muy temprano para iniciar su día con entusiasmo y lo más noche que ha finalizado en su horario laboral es a las 11:40 de la noche y llega a cenar y dormir para iniciar de nueva cuenta con la rutina.
“Si yo tuviera que calificar mi trabajo del 1 al 10 le pongo 10 (sonríe), es muy bonito ser chofer cuando lo hace por gusto”, finalizó.