León, Gto.- “Conocía de los riesgos en mi trabajo y por ello me cuidaba; nunca supe cómo o porqué, pero resulté positivo a Covid-19…”

Claudia Victoria, una empleada del área de intendencia de una clínica del IMSS en la ciudad de León relata que “vi de cerca y con tristeza los casos de decenas de personas que postradas en cama buscaban alivio a su convalecencia; muchas de ellas fallecieron y otras más como en mi caso, seguimos con nuestra nueva normalidad luego de ser sobreviviente a la pandemia”.

Con solo algunos años al servicio del IMSS, la empleada de solo 25 años, recordó cuando al principio del año 2020 en radiopasillo resonaba el tema de un nuevo virus por parte de personal médico, de enfermería y hasta administrativo. “A casi un año, somos testigos de las afectaciones que ha dejado en familias por la pérdida de un familiar o en el caso de aquellas que sobrevivieron y qué decir de las pérdida de trabajo y bajos sueldos, que acentúan la problemática de miles de familias”.

Su trabajo es necesario, esencial y prioritario, pero hacerlo en un área de atención Covid-19 le obliga a sostener el equipo de protección personal (EPP) que consta de bata, botas, gorro, doble guante de látex, googles, cubrebocas tipo n95 o kn95 por mínimo 6 horas, en las áreas específicas de pacientes covid. Todo junto pesa seis kilos.

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UNA ENFERMEDAD QUE SEPARA

Debido al alto riesgo que se corre en el trabajo, reconoce Claudia Victoria, fueron muy limitadas las visitas a mis papás, a casa de mis demás familiares; todo en el entendido que el distanciamiento era sinónimo de seguridad que yo les brindaba por el amor que les tengo.

Hubo momentos en los que requieres del abrazo de quienes te quieren para abastecer la pila y seguir adelante en esta complicada dinámica llamada "nueva normalidad". En serio te llegas a preguntar si lo que vivimos es cierto o es sólo un mal sueño, al enterarnos a diario de miles de fallecidos e incluso muchos más que al librar la muerte quedar dañados de por vida a consecuencia del Covid-19.

TRISTEZA Y DOLOR

“Pocos pueden imaginarse la inmensa tristeza y dolor que deja en el alma el observar a decenas de pacientes intubados, dependientes del oxígeno, sin su familia acompañándolos y ver la cantidad de muertos que esta pandemia ha dejado. Creo que si la gente viera lo que nosotros vemos sería más consciente y se cuidaría más”, se lamenta.

“Solo cuando descubres que eres positivo, te das cuenta que son pocos los cuidados y que ante un descuido te conviertes en parte de las cifras de esta enfermedad e intentas entender por qué”.

“Fue muy difícil para mí el enterrarme que dí positivo a Covid-19, durante mi permanencia en casa hice un análisis para entender cómo pude contagiarme, encontré que es difícil saber por dónde llegó pues en cualquier superficie puede estar el virus ya que su transición es por lo que conocemos como ´gota´, osea que cualquier estornudo o tos lleva el virus, y es triste ver que mucha gente sigue sin seguir las indicaciones para evitar su propagación de la enfermedad”.

“Aunque cabe la posibilidad que al estar en contacto con el virus en el ambiente hospitalario puede ser un factor, pero sinceramente yo creo que es porque a nosotros como trabajadores solo nos hacen la prueba si presentas síntomas aunque estés en situación de riesgo por algún contagio cercano. Mi área requiere de mayor apoyo por parte del Instituto Mexicano del Seguro Social, para poder realizar nuestra labor frente a esta pandemia, y aún con carencias en algunas ocasiones lo seguimos realizando”.

Sé sólo de un caso de un compañero de limpieza en Romita que falleció a causa del Covid-19, pero conozco muchos casos de compañeros que dieron positivo y terminaron perdiendo a su papá o mamá a causa de esto, recuerda con tristeza.

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PRIMER MURO DE CONTENCIÓN

Mi mensaje a mis compañeros encargados de la limpieza en cualquier centro médico, “los invito a realizar su labor con empeño y dedicación ya que somos el primer muro de contención para esta pandemia” y a cuidarse por ustedes y por aquellos que más aman.

A mis familiares y amigos les quiero pedir que se cuiden mucho siempre, que es preferible parecer exagerados a contagiarse, pues “es una experiencia muy fea, aunque gracias a dios para mí no fue tan grave el aislamiento es difícil de sobrellevar, y hasta el día de hoy sigo con secuelas que dejó a su paso el Covid-19.

Y a la población en general les pido sean más conscientes y acaten las indicaciones de las autoridades, el uso de cubrebocas y usarlo adecuadamente, evitar salir a menos que sea necesario, evitar aglomeraciones, tomar la sana distancia de los demás. Pues de verdad es una enfermedad que fuera de la gravedad que representa es muy triste y deprimente te separa de los que más quieres te deja solo.

TODO CAMBIÓ

“Otro de los cambios adoptados por quienes laboramos en centros médicos es acudir con ropa extra y lo necesario para bañarte y poder disminuir el riesgo de contagio; nos hemos adaptado al uso diario y por largas horas del cubrebocas, tuvimos que dejar de lado la molestia y saber que es un aditamento necesario para el cuidado de nuestra salud, que debemos de portar en todos los sitios en donde nos encontremos”.

Claudia Victoria afirma que es “triste es ver en calle a mí las personas que aún no creen en la enfermedad cuando permanece en el aire latente” y que los casos en casa y en lo personal “no llevaron a hacer lo básico que es el lavado frecuente de manos, adaptar en la entrada un espacio para sanitizar todo lo que entra desde ropa, zapatos, teléfono, llaves; cargar con el gel alcohol o alcohol para sanitizar las manos frecuentemente y no salir a menos que sea necesario”.