Este sábado en el que la Fiera recibe a los Pumas ya es un mal día para los vendedores de artículos de equipos de futbol que se ubican fuera del estadio León. Sin afición no hay ventas.
La orden de jugar los partidos a puerta cerrada, si bien es para protección de miles de personas ante el embate del coronavirus, también pega en lo económico.
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Con caras largas, mucha incertidumbre e incluso molestia, algunos comerciantes sobre todo los dedicados a la venta de comida rápida y botana señalaron que esta decisión de realizar el juego a puerta cerrada les afecta mucho, ya el producto para preparar los alimentos se les empieza a quedar
Solo algunos valientes se quedaron “a ver qué sale”, pero no salió mucho.
En el acceso al estadio León había más de 60 personas, casi todas con playera de Universidad Nacional. Y no, no comprarán nada porque ya cuentan con el atuendo pero además porque están molestos.
“Es el partido que esperamos un año y nos hacen esto”, comentaban enojados.
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Conscientes de la situación que ha provocado el coronavirus, pero con el coraje de “que no lo hayan pospuesto antes… todavía hoy estaban vendiendo boletos”, decían.
No les quedó más que recibir a su equipo, bueno al camión que los transporta porque hacia adentro del bus no se ve nada.
Se tuvieron que conformar con muchas Goyas y hasta les alcanzó para cantarle una al autobús que arribó con los jugadores del León.
En el caso de un encuentro deportivo como este son cientos de familias afectadas, las de los cheleros o cubeteros, las de los vendedores de dulces y frituras, las de los refrescos…
Todo sea por una buena causa, la salud de millones de personas.
