León, Gto. (OEM, Informex).- Cuando Cuquita habla de la cocina, es inevitable que su mirada brille y la sonrisa de oreja a oreja enmarque su rostro, pues si algo la hace feliz en esta vida es trasmitir el amor por la cocina a través de sus platillos.
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En el 2018, María del Refugio López Ayala, mejor conocida como Cuquita, fue reconocida como la mejor cocinera tradicional de Guanajuato, representando a su natal Jalpa de Cánovas.
“Esto de ser cocinera te motiva a rescatar las recetas antiguas, no es fácil decir que eres cocinera, las cocineras ni huellas tenemos”, dice mientras muestra las palmas de sus manos.
COCINA DESDE NIÑA
Actualmente, Cuquita tiene 66 años, pero recuerda que, desde muy pequeña junto a su hermana gemela, aprendió a cocinar.
Creció en una familia de 15 hermanos, sus papás tenían como negocio familiar una carnicería que diario atendían, por lo que ella y su hermana se hacían cargo el hogar, desde administrar, lidiar, ir al molino, tortear, cuidar a los hermanos menores, protegerlos y alimentarlos.
“Yo recuerdo como entre sueños que mi papá nos compró una estufa de petróleo, después tuvimos un fogón y luego llegó el gas. Nos tocó ser mamás y hermanas”.
FORMA SU FAMILIA
Inspirada por una de sus tías, Cuquita tuvo “el llamado de Dios”, quería ser religiosa, pero a los 20 años se casó y en casi 46 años de matrimonio se convirtió en mamá de ocho hijos, todos hombres, por lo que no sabe quien va a heredar su sazón.
AMOR A LA COCINA
A raíz de la carnicería de sus papás, el negocio creció a una cadena que ahora atienden sus hermanos, incluso ella también lo hacía, pero ahora son las nuevas generaciones de la familia las que siguen este legado.
“A mis hijos y a mí nunca nos faltó nada y mi esposo siempre fue muy espléndido, entonces pues diario tenía que ver una comida diferente y eso me fue llevando a mis raíces y a seguir disfrutando la cocina”, platicó.
Así empezó con su negocio de banquetes con el que su sazón se dio a conocer. En el 2012, cuando nombran a Jalpa de Cánovas como Pueblo Mágico, la invitan a registrarse como cocinera tradicional.
Desde hace cinco años, un espacio de su hogar, ubicado justo antes de entrar al pueblo, es donde recibe a sus comensales para ofrecerles desde las 8:30 de la mañana, tortillas recién hechas, gorditas, quesadillas, taquitos, así como carnita de puerco, chicharrón del “carnudito”, huevo con chile, papas, frijoles, nopales, garbanzos, arroz, carne deshebrada y chilaquiles.
NO TIENE FAVORITOS
Así como sus ocho hijos tienen un lugar especial en su corazón y no hay preferencias, pasa lo mismo con sus platillos tradicionales, no hay favoritos, todos llevan amor y emoción de cocinar para generar una sensación agradable a sus clientes.
“Mientras yo pueda yo voy a seguir trabajando, yo te puedo cocinar desde las seis de la mañana y pasarme todo el día en la cocina”, externó.
LA ANÉCDOTA
Mientas mira sus varios reconocimientos colgados en la pared y en la repisa que le construyeron sus hijos en su local, Cuquita cuenta una de las anécdotas que fue el reto más importante, pero también uno que asegura no se volverá repetir.
En el 2020, la presidencia municipal, le solicitó un pedido muy especial para regalar el 10 de mayo, ella entendió que era hacer mole para 3 mil personas, pero lo correcto eran más de 3 mil litros de mole para repartir en las comunidades de Purísima del Rincón y Jalpa de Cánovas.
“Llegan mis hijos y yo presumiendo, pero uno de ellos me dijo ni sabe lo que le están pidiendo y el compromiso que se acaba de echar, pero todos me echaron la mano, yo entregaba el domingo y vinieron desde el miércoles a moler conmigo, yo ya no podía decir que no porque si algo tengo es que sostengo lo que digo y lo que me comprometo”.
Desde su hijo mayor, hasta su nieto más pequeño, sus nueras, su esposo y hasta personas que trabajan con ella, pasaron largas jornadas para cumplir el objetivo que fue reconocido en el informe del entonces alcalde Toño Padilla.
“Yo le decía a mi nieta la más grande, graba todo porque esto no se va a repetir”, contó entre risas.
ORGULLOSA DE SU COMIDA
Para Cuquita ser reconocida como cocinera tradicional representa orgullo y satisfacción por hacer lo que le gusta y compartirlo con los demás, sobre todo con las nuevas generaciones que ahora acostumbran a consumir lo enlatado, la comida rápida o con conservadores.
“Es algo muy bonito porque eso te lleva a rescatar las recetas de las abuelas, que estaban ya olvidadas. Desgraciadamente, la tecnología ha avanzado tanto que se perdió la gastronomía tradicional”, agregó.
TIEMPO PARA TODO
Así como dedica tiempo para su negocio, también se da el tiempo para la familia, pues son su gran apoyo y la motivan a seguir participando en eventos donde se ponga en alto las raíces de la comida guanajuatense.
“Yo quisiera que alguien tuviera esa inquietud que la ilusión y el gusto que yo tengo alguien joven también lo tuviera, pero no lo hay y en mi familia no hay nadie a menos que alguna de mis nietas, pero yo no veo a alguna que le guste y te tiene que enamorar esto”, finalizó.