León, Gto.- (OEM-Informex).- El 25 de marzo del 2012, el Parque Guanajuato Bicentenario, recibió a miles de feligreses que se unieron a la celebración eucarística que encabezó el Papa Benedicto XVI.
En este momento histórico 250 “angelicales” voces pertenecientes a la Provincia Pastoral conformaron el Coro Monumental que fue dirigido por el padre Alejandro Montes, fundador del Conservatorio de Música y Artes de Celaya.
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Los participantes lograron a través de la música la ferviente respuesta de la comunidad católica, y fue el entonces arzobispo de la arquidiócesis de León, José Guadalupe Martín Rábago, quien eligió como director del coro al padre montes, quien en ese entonces era rector del conservatorio.
La música para la misa fue en un esquema tradicional con la finalidad de que todos los feligreses se unieran a través del canto, por lo que previo a este día se compartieron en varios sitios de internet las letras de las canciones para tener una mayor participación, principalmente esta información se subió al sitio de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Las piezas que se interpretaron fueron en español y latín, así como el Himno Pontificio para el comienzo de la celebración religiosa; el credo gregoriano; cantos de comunión; de ofrendas y el Santus Benedictus Angus Dei; para finalizar con el Himno Patriótico Guadalupano.
Los temas fueron interpretados a cuatro voces y con arreglos para orquesta. El coro mixto se integró de sopranos, contraltos, tenores y bajos, quienes cantaron por igual, ya que en este tipo de ceremonias no se permiten los solos, salvo el diacono que cantó el Evangelio, la oración de los fieles y el salmo responsorial.
Conformaron este Coro Monumental 50 voces que pertenecían a la Escuela Superior de Música de la Arquidiócesis de León; 50 de la Escuela de Música Sacra de Querétaro; 100 del Conservatorio de Música y Artes de Celaya; quienes fueron acompañados por 60 músicos de la Orquesta Silvestre Revueltas.
“Queridos hermanos, al venir aquí he podido acercarme al monumento a Cristo Rey, en lo alto del Cubilete. Mi venerado predecesor, el beato Papa Juan Pablo II, aunque lo deseó ardientemente, no pudo visitar este lugar emblemático de la fe del pueblo mexicano en sus viajes a esta querida tierra. Seguramente se alegrará hoy desde el cielo de que el Señor me haya concedido la gracia de poder estar ahora con ustedes, como también habrá bendecido a tantos millones de mexicanos que han querido venerar sus reliquias recientemente en todos los rincones del país”, dijo el Papa Benedicto XVI, durante esa Homilía.