León, Gto.- “Educar es acto delicado, muy importante, no es cualquier discurso, no es cualquier cosa”, recalcó el Arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras, en el marco del Día del Maestro y durante la celebración dedicada los docentes en la Catedral Metropolitana de La Madre Santísima de la Luz.
Dijo que un reto es que la educación no pierda el sentido de libertad social y donde los padres de familia no pierdan su derecho a elegir qué tipo de contenidos debe tener, lo que les corresponde a aquellos que tienen una responsabilidad social.
Recalcó que los maestros deben ser personas que sepan dirigir su vida y que hagan el bien, por lo que invitó a pedir que Dios los llene de sabiduría, fortaleza y paz les dé la inteligencia que necesitan en su vida y sepan educar para el bien.
Mencionó la importancia de educar personas que amen la verdad, la libertad, que sepan guardar su propia dignidad y la de los demás, que sepan que son individuos para la sociedad.
“Se educa a la persona para el quehacer, pero no para el ser”, lamentó el Arzobispo durante una entrevista después de la ceremonia religiosa.
Mencionó que educar es formar persona, por lo que pidió a Dios les envíe sus dones para hacerlo de la mejor manera y agradecer a todos lo que hacen aquellos que con honestidad y sin ideologías, forman a sus alumnos.
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Aseguró que después de la pandemia no es que toda la educación vaya en retroceso, pero hay retos muy fuertes y cuestiones positivas que afloraron, y sobre todo las muchas limitaciones, además de la afectación de las niñas y niños, jóvenes y padres de familia que no saben qué hacer porque ordinariamente no se les hacía participar.
Indicó que en la actualidad hay una negación de la verdad y el trabajo es formar a esas personas con dignidad, amor y libertad para todos los aspectos de su vida.
Educar es un acto de amor para las personas en todas sus dimensiones, corporal afectiva, espiritualidad, justicia, libertad, capacidad de discernir el bien del mal.
Aseguró que a pesar de que muchas personas cooperan en la educación, los padres son los principales que deben formar personas para una sociedad mejor. El primer maestro fue Jesucristo.
Saludó a los maestros que esa tarde estaban reunidos en la celebración religiosa y que participan en ese campo fecundo para la sociedad.
Pidió porque la luz renovadora los guíe de forma constante sobre todo en los tiempos en los que aún se camina bajo la sombra de la pandemia,
Felicitó a cada educador, a los que fallecieron, los que están en su jubilación y siguen en la labor fundamental y vital para el futuro de la familia humana.
Informó que el maestro en su amplio sentido todo el agente educativo, no sólo es transmisor de conocimiento sino un constructor de ‘cultura humana’, de valores, relaciones, formas de vida, costumbres, incluso de la religiosidad de cada individuo y la sociedad.
“De ahí la importancia de cada uno de ustedes, hoy más que nunca, se vea respaldado por nuestras autoridades, que la Iglesia y la sociedad, ellos son los responsables de ofrecerles aliento, autonomía y las herramientas para que con comodidad y sin complicaciones, puedan desgastarse día con día por nuestros niños, adolescentes y jóvenes”, concluyó.