En Guanajuato cinco mujeres presas crían a sus hijos tras las rejas. Cada una, tiene uno a su cargo. Los menores, dos se encuentran en el Centro de Reinserción Social de León y los otros tres, en el Centro Estatal de Reinserción Social Femenil de Valle Santiago. Para ellas el Día de las Madres no incluye a toda la familia, tampoco hay regalos y muchos menos, son las consentidas del día.
Crecer en la prisión no es fácil, ahí no hay parques para salir y distraerse un rato. Altos muros grises y barrotes por todos lados, es lo que los menores conocerán en sus primeros seis años de vida, edad permitida para desarrollarse junto a sus progenitoras.
La cifra nacional de niños que crecen en prisión es de 343, según el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2021 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), publicado la semana pasada.
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El diagnóstico también registra las deficiencias que se viven al interior de los centros penitenciarios estatales, federales y militares. En el caso de la atención a mujeres y menores que viven con ellas, a nivel nacional 85 centros estatales registraron deficiencias. En Guanajuato, en particular donde hay madres, León y Valle de Santiago, no sufren deficiencias.
Cifras del INEGI
De acuerdo al Censo Nacional de Sistema Penitenciario Federal y Estatales 2021 del INEGI, al cierre del 2020, la infraestructura penitenciaria nacional se conformó por 19 centros penitenciarios federales, 251 centros penitenciarios estatales y 53 centros especializados de tratamiento o internamiento para adolescentes. De los cuales, únicamente 58 cuentan con espacios para la maternidad y 34 con espacios para la educación integral y formativa de las niñas y niños que viven con sus madres privadas de la libertad.
En ese año (2020) la cantidad de mujeres privadas de la libertad que se encontraban embarazadas fue de 356, de las cuales, 57.3% se encontraba en periodo de lactancia. Adicionalmente, se registraron 384 mujeres privadas de la libertad que tuvieron consigo a sus hijos menores de seis años. Para ese censo del INEGI, en Guanajuato eran 9 los menores de seis años que vivían con sus madres en prisión.
Al 2021, según la CNDH, en el Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, Ciudad de México es donde viven más menores junto a sus madres, reuniendo un total de 44 niñas y niños, le sigue el Estado de México, entre seis penales, suman 29 menores, con la misma cifra, figura Tamaulipas, ahí las y los pequeños están dispersos entre cinco penales. Tlaxcala, es el estado que menor número de infantes registra a nivel nacional, con un solo menor viviendo en la prisión.
La edad permitida
La Ley Nacional de Ejecución Penal (publicada al 16 de junio de 2016), en su Artículo 10, sobre los Derechos de las mujeres privadas de su libertad en un Centro Penitenciario indica que tienen derecho a: la maternidad y la lactancia; a recibir trato directo de personal penitenciario femenino, incluyendo la atención médica; instalaciones adecuadas y artículos para satisfacer las necesidades de higiene propias de su género; conservar la guardia y custodia de su hija o hijo menor de tres años; recibir alimentación adecuada y saludable, educación inicial y vestimenta para sus hijas e hijos.
El Artículo 10 señala que la estancia infantil en los reclusorios es permitida hasta los tres años de edad y que únicamente se podrá solicitar ampliación de custodia en caso de que el menor padezca de alguna discapacidad. Sin embargo, en la mayoría de las prisiones, de acuerdo a datos del INEGI, los menores se quedan junto a sus madres hasta los seis años de edad.
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