El 2 de febrero en México, se celebra en familia todos los años comiendo tamales después de hacer el ritual de arreglar a los Niños Dios de preferencia y tamaño, que también se le conoce como levantamiento.
Preparados con su nuevo ropón para resguardo y aguardar 11 meses más para su aparición en las próximas fiestas de fin de año, es en lo que se ha quedado esta costumbre.
Los Niños Dios, van desde el más pequeño de 10 centímetros y hasta 60 centímetros en este caso sin contar la cabeza, a diferencia del primer ejemplo que si incluye la testa.
Los ropones tradicionales para vestir al Niño Dios, son tejidos en color blanco o cremas, pero las variaciones ya hoy en día dan para vestirlo del Santo que sea su gusto, pues en modelos hay gran variedad.
En la Zona Centro de la ciudad de León actualmente lo tradicional y no lo estrafalario, está todavía en el gusto de los que quieren seguir conservando esta práctica como hace muchos años.
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Pues anteriormente las personas le cambiaban todo el ajuar al Niño, desde la cabeza, hasta los pies con el cambio de su calzado, hoy solo interesa el cambio del pantalón y camisola o suéter.
Los precios dependen del tamaño del Niño Dios, pues usted puede gastar en el cambio de ropón, alrededor de 150 a 160 pesos por algo modesto para no dejar pasar la ocasión y seguir la tradición.
Pero si lo quieres dejar bien armado para las siguientes fiestas, hay paquetes de hasta 300 pesos con las vestimentas y versiones del Niño Doctor, Niño de la Salud, Niño Pescador, Niño de las Palomas, Espíritu Santo San Judas Tadeo entre otros.